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Editorial RLG Nº 102 de Julio 2008

Miércoles, 02 de Julio de 2008
Editoriales RLG

Los adultos mayores de mañana, vivirán las consecuencias de las políticas que se tomen hoy

El proceso de envejecimiento demográfico se acentúa progresiva e inexorablemente en los países de América Latina y el Caribe, la región más desigual e inequitativa del planeta. El envejecimiento demográfico ha creado una oportunidad excepcional para orientar el desarrollo de nuestros países hacia un mejoramiento de la calidad y condiciones de vida del conjunto de la población.  Pero esto requiere innovar en las políticas públicas, adoptar las medidas adecuadas y en forma oportuna.

De ahí que resulta inexcusable la escasa atención que en general recibe de parte de los gobiernos de nuestra región. El envejecimiento sigue siendo considerado un tema aleatorio, referido casi exclusivamente a las personas viejas.  

Se pierde así valioso tiempo en la adopción de medidas que permitan hacer frente a las implicancias que el proceso de envejecimiento está reportando a la población en general. Se pierde valioso tiempo también, cuando no se reconoce las capacidades de las personas adultas mayores para contribuir al desarrollo de nuestros países y se les cierran caminos para desplegar todas sus potencialidades.  

Las necesidades de la creciente población de personas adultas mayores, no se puede seguir atendiendo en base a la extensión de programas meramente asistencialistas.   Las políticas sobre vejez necesitan estar sustentadas en el reconocimiento y respeto de los derechos y la dignificación de las personas viejas.  

El desafío del envejecimiento consiste en crear bases firmes sobre la cual sustentar los nuevos mapas relacionales que se van componiendo en nuestras sociedades, y que sostenidamente irán poniendo nuevas demandas en todos los ámbitos –trabajo, educación, salud, vivienda, protección y seguridad social, etc.

Las respuestas en materia de políticas públicas necesitan de altura de mira de parte de quienes nos gobiernan. Es preciso que las medidas que se adopten tomen en cuenta las condiciones en las que viven las generaciones de quienes hoy son jóvenes, así como las condiciones en que estas mismas generaciones vivirán su vejez mañana.   Las generaciones viejas del futuro, aquellos que tendrán 60 y 65 años en el 2050, ya están con nosotros, son parte de nuestras familias, comienzan ya a convivir en un mismo hogar con padres, abuelos y cada vez más frecuentemente con bisabuelos. 

El envejecimiento es un proceso inexorable que podrá ser motor impulsor de un mejoramiento de la calidad de vida de nuestras poblaciones, sólo a condición que se tomen las medidas adecuadas y en forma oportuna.

 
Ximena Romero – Coordinadora RLG
 
Christel Wasiek – Asesora RLG
 
2 de Julio de 2008.