El debate en torno a los problemas que plantea el envejecimiento de la sociedad se reanuda con regular frecuencia. Empero, un nuevo estudio revela que esos conflictos son casi inexistentes.
Un informe del Fondo Nacional Suizo para la Investigación (FNS) establece la tesis que la gente mayor no supone una carga financiera para los jóvenes. Personas ancianas necesitan más asistencia médica con lo que crean puestos de trabajo para la población activa.
Los debates sobre la regeneración demográfica se centran en torno a la necesidad de aumentar la tasa de natalidad para asegurar la regeneración de la población. Se parte, en general, del supuesto que la población activa sufrague a las personas retiradas.
En Suiza, el envejecimiento de la sociedad ha provocado cambios profundos. No obstante, la cohabitación intergeneracional está caracterizada en primer lugar por la solidaridad.
Esta es una de las conclusiones sorprendentes que saca el "Informe de las generaciones en Suiza" que se publicó este martes (05.08.) y que se elaboró en el marco del Programa Nacional de Investigación "Infancia, juventud y relaciones entre generaciones en una sociedad cambiante" (PNI 52).
El catedrático de sociología de la Universidad de Zúrich y co-editor del estudio, François Höpflinger, señala a swissinfo que el resultado más sorprendente fue el buen desarrollo de las relaciones familiares.
"Otro resultado que nos sorprendió fue el hecho de que los niños empiezan ya muy pronto a establecer relaciones generacionales. Son actores activos y no sólo objetos pasivos de la educación."
Primera síntesis completa que abarca varias generaciones
El estudio de generaciones es uno de tres informes de síntesis de los PNI y el primer estudio genérico que analiza la situación intra y extrafamiliar de las generaciones.
Como base empírica para el estudio sirvieron los "balances generacionales" de la Secretaría de Estado de Economía (seco), que calculan el importe de impuestos, tasas y primas que una generación de contribuyentes transfiere al Estado y el importe que este último recibe en forma de pensiones, subsidios familiares, gastos educacionales y de salud.
Estos balances son complicados porque dependen de las previsiones económicas y de los cambios de las condiciones sociopolíticas. Además, no toman en cuenta las transferencias intergeneracionales de los particulares que resultan ser muy importantes, como apunta el informe.
Sobre la base de estos balances, los autores del informe trataron de analizar las relaciones intergeneracionales, incluyendo el apoyo informal familiar y de parentesco, explica a swissinfo François Höpflinger. Este apoyo informal se compone del cuidado de menores por parte de los abuelos, el cuidado de los ancianos por parte de sus parientes, así como las donaciones que la gente mayor proporciona a sus hijos y nietos.
Los abuelos se ocupan de sus nietos durante una media de 100 millones de horas, una prestación que equivale a unos 2 mil millones de francos.
Por otra parte, las personas ancianas también se benefician del cuidado que les dan sus familiares. Un 60% de las personas que necesitan asistencia son cuidados por personas de la familia. Estas prestaciones se estiman en un valor aproximado de entre 10 y 12 mil millones de francos por año.
Iniciativas de la sociedad civil
"Otro punto que nos sorprendió positivamente fue el elevado número de proyectos generacionales iniciados por la sociedad civil", destaca Höpflinger.
En los últimos años se produjo un verdadero auge de proyectos generacionales en los municipios. "La mayoría de esos proyectos se establecen por iniciativa espontánea de particulares, vecindades, asociaciones, grupos juveniles o pensionistas. El apoyo institucional de los Ayuntamientos suele llegar más tarde."
Desigualdad social
Una fuente de ingresos importante de la generación de hijos y nietos son los préstamos, donaciones y herencias que les propina la generación de sus abuelos. Los ahorros son un factor cada vez más decisivo para la brecha social entre ricos y pobres.
"Un resultado manifiesto del estudio es que la desigualdad social entre los jóvenes depende cada vez más de los ingresos y bienes de las generaciones mayores, o sea, la desigualdad social entre la generación rentista está creciendo", comenta Höpflinger.
En Suiza, la suma de herencias supera a la de los ahorros. En el 2000, unos 28,5 mil millones de francos (cerca del 7% del PIB) fue distribuido en forma de herencias. Pero mientras más del 50% de los herederos reciben menos de 50.000 francos de herencia, un 0,6% de entre ellos hereda más de 5 millones.
Esta distribución inequitativa acentúa aún más las desigualdades. No obstante, los jubilados se benefician también de las herencias.
"Estamos presenciando un traslado de la pobreza de las generaciones rentistas a las familias. En Suiza, el riesgo de pobreza es mayor entre niños que entre jubilados", subraya François Höpflinger.
La inmigración, un factor decisivo
La inmigración es un determinante importante para impedir la baja de la natalidad y el envejecimiento simultáneo de la población. Las familias migrantes suelen tener más hijos que los naturales.
Sin embargo, "la tasa de natalidad entre los inmigrantes suele adaptarse al de la población autóctona después de dos generaciones", objeta Höpflinger. "Esto es un hecho generalizable. Por eso, el aporte de los inmigrantes al aumento de la natalidad es un fenómeno transitorio."
La situación en Suiza no es tan apremiante
"Suiza es uno de los primeros países que ha tenido que compensar su déficit de natalidad con la inmigración. Suiza ha solucionado casi todos sus problemas demográficos con la inmigración", explica Höpflinger.
"Suiza no ha sufrido mayores crisis en la época de posguerra, por eso posee una generación de pensionistas bastante bien acomodada... Los pensionistas suizos se encuentran entre los más acaudalados de Europa", sintetiza el co-editor de la publicación.
Bases productivas favorables
"En comparación con otros países europeos, Suiza tiene la ventaja de tener una economía pública con bases productivas favorables para el envejecimiento de la sociedad, sobre todo gracias a la industria farmacéutica y medicinal, el sector de seguros y de la administración de bienes."
"Suiza es uno de los países que incluso puede beneficiarse de la evolución demográfica en otros estados. Los problemas demográficos de Suiza no son tan apremiantes como en otros países."
"No podemos olvidar que Suiza tuvo su primer bajón de natalidad en la década de 1880. Junto con Bélgica y Francia, Suiza fue uno de los países en Europa que más pronto se vio enfrentado a esta situación demográfica."
"El tema del envejecimiento se debatió ya en los años 30. En aquel entonces se temía que el número de habitantes en Suiza iba a descender a 2,5 millones hasta el año 2000. Hoy, sin embargo, tenemos 7,5 millones de residentes en Suiza, un resultado que se debe en primer lugar a la inmigración", recapitula Höpflinger.