Pese a las dificultades que les presenta el mercado, hay un grupo de adultos mayores que siguen con las pilas puestas para comenzar un negocio e incluso están pensando en el mercado exterior. Conozca sus historias y atrévase.
Diario Pyme - Pequeña y Mediana Empresa (Chile)
10/12/2008.
Pasan los años y con ellos, muchos sueños quedan sin cumplir por la acelerada vida laboral y social. Al llegar la jubilación, muchos aprovechan ese tiempo extra y ponen en marcha sueños cobijados en el tiempo u otros que comienzan a nacer bajo el alero del tiempo libre.
Es el caso de William Pavez (63 años) y Elba Igor (73 años), ambos empresarios premiados con Capital Semilla de Sercotec, que una vez que sus vidas laborales terminaron por ley, no quisieron quedarse de brazos cruzados y se atrevieron a empezar de cero.
Don William tiene una empresa dedicada a la cría y procesamiento de huevos de codorniz, la que comenzó una vez que se fue a vivir a las afueras de la ciudad. “Había que hacer algo, tenía el tiempo y las ganas. Por cosas del destino terminé trabajando con estas aves”, cuenta el dueño de Codornices Quillahua.
“Si uno se queda tranquilo, empieza a decaer. Esta actividad te hace renacer, da muchas sorpresas, da actividad, movimiento”, sostiene el empresario.
Con el apoyo de Indap, expuso sus productos en la Expomundo Rural del 2003, y desde entonces la empresa comenzó su expansión. “Decidimos darle valor agregado a nuestra producción. Hoy tenemos huevos de codorniz en conserva, pasta y paté”, indica don William, y agrega que gracias a la ayuda de instituto público y Sercotec está en vías de expandir sus negocios al exterior.
El caso de la señora Elba Igor es la historia de una mujer independiente, orgullosa de su trabajo y creatividad. Tiene una pequeña empresa dedicada a la fabricación de cortinas con diseños rústicos. “Tengo 73 años y estoy orgullosa de mi edad, de mi alegría y optimismo de seguir trabajando. Ayudo y enseño lo que hago porque me gusta que la gente salga adelante, que no dependa de lo que hace el marido”, dice.
Sin embargo, en estos momentos la señora Elba está siendo afectada por la crisis. Cuenta que antes podía vender hasta $100.000 diarios, pero ahora difícilmente llega a los $30.000. “Tenemos muchas mercadería, pero muy pocas ventas”, explica.
Gracias a la ayuda del capital semilla de Sercotec, la señora Elba puede mantener su negocio, ya que por su edad, los préstamos en las instituciones financieras son difíciles de conseguir.
Sus productos han llegado a países como Estados Unidos, Brasil, Argentina, Australia y Alemania.
De vuelta a clases
Para aquellos adultos mayores que aún no se atreven a emprender, la Universidad Católica tiene un programa de capacitación especial para ellos, en unión con la Caja de Compensación Los Andes, el cual busca fortalecer la gestión empresarial de aquellos que ya tienen un negocio y de quienes aún no se atreven a dar el primer paso.
Macarena Rojas, coordinadora del programa para el adulto mayor, cuenta que el nivel de convocatoria es bueno. “En la época de jubilar están en periodo de retiro, este programa nos ha demostrado que no es así y que tienen muchos años para seguir trabajando y aportando, y es en el emprendimiento donde tienen reales oportunidades de desarrollar sus capitales”, dice.
Por ahora, sólo se imparten los cursos de emprendimiento a los asociados a la Caja de Compensación Los Andes, pero Rojas indica que los interesados pueden escribir al correo electrónico: mrojasu@uc.cl, para contar sus intereses y optar a un cupo en el programa.