“sólo cerca de 20 por ciento de la población en edad de trabajar y sus familias a nivel mundial goza de acceso efectivo a sistemas exhaustivos de seguridad social”
GINEBRA (Noticias de la OIT) – Un nuevo informe de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) dice que si bien las medidas de seguridad social han desempeñado un papel fundamental a la hora de reducir el impacto social de las crisis económicas, tanto de la actual como de pasadas, la mayor parte del mundo no tiene acceso a una cobertura básica de seguridad social, en especial en los países de bajos ingresos.
El “Informe Mundial sobre la Seguridad Social 2010-2011: Brindar cobertura en tiempos de crisis, y después de las crisis” –el primero de una serie que será publicado cada dos años– analiza también las carencias en el acceso a los programas de seguridad social en áreas como asistencia médica, pensiones, asistencia social y prestaciones de desempleo. También observa que la mayor parte de la población en edad de trabajar y sus familias carecen de acceso efectivo a sistemas de protección social exhaustivos.
“La actual crisis ha dejado ver lo importante que es que todos cuenten con una base mínima de beneficios de seguridad social”, dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia. “Es por este motivo que promovemos la seguridad social y un piso de protección social a nivel mundial. Este informe muestra que el desarrollo de una protección social adecuada para todos – basada en el concepto de un piso de protección social y tal como se señala en el Plan Mundial para el Empleo- resulta ahora más urgente que nunca”.
El informe dice que la seguridad social desempeña un papel importante en tiempos de crisis, incluyendo la actual, al actuar como un “estabilizador irreemplazable a nivel económico, social y político” que ofrece una sustitución de ingresos y ayuda a estabilizar la demanda agregada sin afectar negativamente el crecimiento económico.
Sin embargo, el estudio advierte que recortar la seguridad social por una cuestión de consolidación fiscal para enfrentar el creciente déficit y la deuda pública “no sólo puede afectar directamente a quienes se benefician de la seguridad social, y por consiguiente el nivel de vida de gran parte de la población, sino que también puede, a través del impacto sobre la demanda agregada, frenar o retrasar de manera significativa la plena recuperación económica”.
Principales conclusiones del informe:
• Si se toma en cuenta a las personas que no están económicamente activas, sólo cerca de 20 por ciento de la población en edad de trabajar y sus familias a nivel mundial goza de acceso efectivo a sistemas exhaustivos de seguridad social.
• En promedio, 17,2 por ciento del PIB mundial se destina a la seguridad social. Pero este gasto está concentrado en los países de altos ingresos.
• A nivel mundial, cerca de 40 por ciento de la población en edad de trabajar está cubierta legalmente por sistemas de pensiones de ancianidad contributivas. En América del Norte y Europa, esta cifra es casi el doble. En África, menos de un tercio de la población en edad de trabajar está cubierta por la legislación, y la cobertura real es considerablemente inferior a la cobertura legal. En África al Sur del Sahara, sólo 5 por ciento de la población en edad de trabajar está efectivamente cubierta por programas contributivos, mientras que en Asia, Medio Oriente y África del Norte la proporción es de 20 por ciento.
• En los países de altos ingresos, 75 por ciento de la población de 65 o más años recibe algún tipo de pensión, mientras que en los países de bajos ingresos menos de 20 por ciento de los ancianos recibe prestaciones en materia de pensiones.
• Sólo el 42 por ciento de los 184 países abarcados por el informe cuentan con sistemas legales de seguridad social para el desempleo, pero con frecuencia estos sólo cubren a una minoría de la fuerza de trabajo.
• En los países de la OCDE, los recursos financieros privados constituyen, en promedio, una quinta parte de los ingresos de jubilación, pero ascienden a más de 40 por ciento en cinco países: Australia, Canadá, Países Bajos, Reino Unido y Estados Unidos. En el extremo opuesto, representan menos de 5 por ciento en Austria, Eslovaquia, Hungría, Polonia y República Checa.
• Menos de 30 por ciento de la población en edad de trabajar a nivel mundial esta cubierta legalmente por seguro contra accidentes y enfermedades ocupacionales. Existen grandes diferencias de cobertura legal a nivel regional.
• En los países de bajos ingresos, no más de 35 por ciento de las mujeres en zonas rurales tiene acceso a servicios de salud en el trabajo, mientras que en las zonas urbanas la tasa de acceso aumenta a cerca de 70 por ciento. Sin embargo, esta cifra es más de 20 puntos porcentuales inferior que en los países de altos ingresos.
El estudio también sostiene que los sistemas de desempleo, la asistencia social y los programas de obras públicas, cuando están bien elaborados, son efectivos a la hora de prevenir el desempleo a largo plazo y llevan a una salida más rápida de la recesión económica. El informe dice que los sistemas de seguro de desempleo fueron el tipo de medidas de protección social más utilizado como respuesta a la crisis. Sin embargo, sólo 64 de los 184 países que cuentan con información disponible tenían este tipo de sistemas.
El informe muestra que en los países de altos ingresos la respuesta más común a la crisis económica ha sido modificar los sistemas existentes de prestaciones para el desempleo. En los países con ingresos medios, la respuesta general ha sido la extensión del servicio público de empleo (por ejemplo en Filipinas) y sistemas de transferencias en efectivo, como Bolsa Familia en Brasil, Oportunidades en México y el sistema de becas sociales en Sudáfrica, o los sistemas de pensiones universales en Namibia y Nepal.
“Los regímenes de protección social no contributivos no sólo ofrecen la oportunidad de mitigar la pobreza, sino también de reducir una parte importante de las grandes brechas que este informe presenta”, dijo Michael Cichon, Director del Departamento de Seguridad Social de la OIT. “Si bien existe una correlación estrecha entre niveles de ingresos y cantidad de recursos adjudicados a la seguridad social, aún queda espacio fiscal y político para que los países de bajos ingresos decidan sobre el tamaño y tipo del sistema de seguridad social que desean”.
El informe dice que los sistemas de seguridad social deben adaptarse a las lecciones aprendidas de las crisis económicas y de otras exigencias que han surgido, como por ejemplo la creciente expectativa de vida y la necesidad de mantener una adecuada seguridad de ingresos. “La crisis y sus consiguientes pérdidas en los fondos de pensiones demuestran con claridad cuán vulnerables son los niveles de las pensiones –y por consiguiente la seguridad de ingreso de los ancianos– al rendimiento de los mercados de capital y otras fluctuaciones económicas”, explica el informe.
Además del Informe Mundial sobre la Seguridad Social 2010-2011, la OIT publicó otro estudio: “Extending Social Security to All: A guide through challenges and options” (Extender la Seguridad Social a todos: una guía a través de los desafíos y las oportunidades). Esta publicación paralela de 140 páginas presenta el marco político para establecer una seguridad social adecuada para todos, así como un resumen analítico de las políticas recientes aplicadas en este campo en todo el mundo. Este informe dice además que –visto que la extensión efectiva de la seguridad social a la población que lo necesita genera un impacto social y económico positivo– todos los países pueden encontrar los recursos para un cierto nivel de seguridad social, siempre y cuando exista la voluntad política de hacerlo.
Fuente: OIT Comunicado de prensa 16/11/2010.
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