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OMS. Envejecimiento y ciclo de vida

Miércoles, 05 de Octubre de 2011
Envejecimiento y vejez

Una vida larga es un signo de buena salud. El envejecimiento de la población mundial, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, es un indicador de la mejora de la salud mundial. La población mundial de 60 años o más es de 650 millones, y se calcula que en 2050 alcanzará los 2000 millones.

Sin embargo, esta tendencia positiva se acompaña de retos sanitarios especiales para el siglo XXI. Es imprescindible preparar a los dispensadores de atención sanitaria y a las sociedades para que atiendan las necesidades de las poblaciones mayores: formación de los profesionales sanitarios en la atención a estas personas; prevención y tratamiento de las enfermedades crónicas asociadas a la edad; formulación de políticas sostenibles en materia de atención a largo plazo, atención paliativa, y desarrollo de servicios y entornos adaptados a las necesidades de las personas mayores.

Datos y cifras

La población mundial de 60 años o más es el grupo etario de crecimiento más rápido.
El envejecimiento es un fenómeno mundial. En 2050, aproximadamente un 80% de las personas mayores vivirán en países menos desarrollados. El envejecimiento de la población corre paralelo a la urbanización rápida: en 2007 más de la mitad de la población mundial vivía en ciudades y se calcula que en 2030 la cifra será superior al 60%.

El envejecimiento de la población es un triunfo de la sociedad moderna.
Refleja la mejora de la salud mundial, pero también plantea retos especiales para el siglo XXI, tanto en los países en desarrollo como en los países desarrollados. La esperanza de vida en países como el Japón y Francia era superior a 80 años ya en 2005, y también está aumentando en los países en desarrollo. Por ejemplo un niño que nazca hoy en Chile, Costa Rica, Jamaica, el Líbano, Sri Lanka o Tailandia puede esperar una vida de más de 70 años.

En el mundo, hay grandes diferencias con respecto a la esperanza de vida al nacer.
Sigue habiendo grandes desigualdades sanitarias, como demuestran las diferencias con respecto a la esperanza de vida al nacer. Por ejemplo, mientras que en el Japón, el país con mayor esperanza de vida, es de 82,2 años, en varios países africanos la cifra puede llegar a ser de 40 años menos.

También hay importantes desigualdades dentro de un mismo país.
Por ejemplo, en los Estados Unidos de América los grupos socioeconómicos más favorecidos tienen una esperanza de vida hasta 20 años mayor que los menos favorecidos.

En 2050, cerca del 80% de las muertes corresponderán a personas mayores de más de 60 años.
Los gastos sanitarios aumentan con la edad y se concentran en el último año de vida, pero cuanto más tarde muera una personas menores serán los costos concentrados en ese periodo. El aplazamiento de la edad de la muerte gracias a un envejecimiento saludable y a políticas apropiadas para el final de la vida podría proporcionar grandes ahorros en materia de atención sanitaria.

La inversión en salud a lo largo de la vida produce dividendos a cualquier sociedad.
Las personas mayores también representan un recurso para sus familias, comunidades y economías. Muy pocas veces es demasiado tarde para cambiar comportamientos de riesgo y promover la salud. Por ejemplo, el riesgo de muerte prematura disminuye en un 50% si se deja de fumar entre los 60 y los 75 años.

Para promover la salud, prevenir la enfermedad y tratar las enfermedades crónicas es fundamental una atención primaria eficaz a las personas mayores.
En general, la formación de los profesionales sanitarios tiene un pequeño o nulo contenido en materia de atención a las personas mayores. Sin embargo, el tiempo que pasan atendiendo a este sector de la población va en aumento. La OMS sostiene que todos los prestadores de atención sanitaria deben poseer formación geriátrica, independientemente de cuál sea su profesión.

Los desastres y las emergencias tienen un gran impacto en los ancianos.
Por ejemplo, el mayor porcentaje de muertes causadas por el tsunami de 2004 en Indonesia se registró en los mayores de 60 años, y la mayoría de los fallecidos a consecuencia de la ola de calor registrada en Europa en 2003 fueron mayores de 70 años. Hay una necesidad urgente de políticas para proteger a las personas mayores durante las emergencias.

El riesgo de sufrir caídas aumenta en las personas mayores, para quienes los traumatismos tienen consecuencias mucho más graves.
Los costos sanitarios, humanos y económicos son importantes. En Australia, el costo medio para el sistema de salud ocasionado por los traumatismos relacionados con caídas en mayores de 65 años fue de US$ 3611 en 2001-2002.

El maltrato de los ancianos está aumentando a medida que la población envejece y cambia la dinámica social.
La OMS calcula que entre un 4% y un 6% de las personas mayores han sufrido alguna forma de maltrato: físico, psicológico, emocional, financiero o debido a negligencias. El maltrato de los ancianos es una violación de los derechos humanos.

Fuente: OMS - 27/9/2011.
http://www.who.int/features/factfiles/ageing/es/index.html