La singular experiencia se desarrolla con aval del Ministerio de Educación en el Colegio Superior San Martín.
SAN FRANCISCO - En el marco de un proyecto denominado “Por amor a mis hijos vuelvo a la escuela” distintas generaciones de familias sanfrancisqueñas se reúnen en las aulas del Colegio Superior San Martín para concluir el secundario.
Se trata de una iniciativa lanzada desde San Francisco, que fue aprobada por el Ministerio de Educación de la Provincia.
En diálogo con LA MAÑANA, Nora Stancampiano, coordinadora del proyecto admitió que luego de evaluar la experiencia del programa municipal para combatir la deserción escolar, se advirtió que el 90 por ciento de los jóvenes que abandona el colegio proviene de una familia que no completó la instrucción formal y particularmente el nivel medio.
A partir de ello se diagramó el proyecto que luego fue aprobado por las autoridades educacionales.
El programa se lleva a cabo en el marco del sistema de educación del adulto, como un anexo al Cenma “Dr. Francisco Ravetti”. “Este año abrimos las tenemos 82 inscriptos”, apuntó la docente.
La capacitación se desarrolla en la modalidad de educación a distancia y consta de 11 módulos, con tres planes que corresponden a distintas etapas de la enseñanza secundaria. El alumno que ingresa al programa lo hace en el plan acorde al nivel de estudios que haya alcanzado previamente. El material de estudio es gratuito, ya que lo aporta el gobierno nacional. El estudiante lo lleva a su casa y realiza las tareas con un sistema de autoevaluación y existen tutorías dos veces por semana para reafirmar los conocimientos, en los días martes y jueves de 19 a 22.
Es importante destacar que el ingreso es flexible, ya que puede hacerse en cualquier momento del año pero el criterio que se aplica desde la coordinación es armar grupos para lograr un progreso homogéneo de los estudiantes.
Dentro del universo de estudiantes, el 70 por ciento son mujeres y en cuanto a edades, el grupo más numeroso está entre los 24 y 40 años. “Quieren terminar el secundario ya sea para quedar en su trabajo o para conseguirlo”, apunta la responsable del programa.
Pero no sólo se trata de lograr una meta para poder insertarse en el mercado laboral. También hay historias personales que pasan por una abuela septuagenaria que se inscribió para no caer en la depresión al quedarse sin su compañero. O aquel que se vuelve estudiante crónico porque extrañará la confraternidad de la clase compartida con sus compañeros. Tal vez, el logro más intenso se da en la relación entre padres e hijos.
“Si somos un ejemplo para nuestros hijos entonces ellos se motivan”, sostiene la docente en referencia al impulso que representa estudiar en familia, ya que los jóvenes en edad escolar ayudan a sus padres que reiniciaron los estudios y estos se transforman en un motivo de orgullo abonando la permanencia de los adolescentes en el sistema educativo.
Fuente: La Mañana de Córdoba - 21/5/2014.
http://www.lmcordoba.com.ar/nota/165771_abuelas-y-nietos-estudian-juntos-para-poder-terminar-el-secundario