No dejar a nadie atrás:
Reconocer a las sobrevivientes de mayor edad de la violencia de género
Mientras que el debate en torno a la violencia de género se centra en las mujeres y las niñas en edad reproductiva, la vulnerabilidad específica a la violencia de género entre las mujeres mayores a menudo se pasa por alto. Este año, sin embargo, cuando comienzan los trabajos para la aplicación de la Agenda 2030 y su compromiso de “No dejar a nadie atrás”, la comunidad internacional tiene una oportunidad única para reconocer y abordar las múltiples formas de violencia que afectan a las mujeres mayores.
Hoy, las Naciones Unidas conmemoran el Día Internacional de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, que llama la atención sobre el abuso, la violencia y el abandono, prácticas que a menudo son invisibles y que sufren las personas de mayor edad –en su mayoría mujeres– en todo el mundo. Definido por la Organización Mundial de la Salud como el daño a una persona mayor de 60 años de edad a través de cualquier acto único o repetido, el maltrato a la vejez incluye la violencia física o sexual, el maltrato emocional o económico y el descuido y abandono. Como resultado del efecto acumulativo de las disparidades de género a lo largo de la vida, las mujeres mayores son en particular vulnerables a tales maltratos.
Esta toma de conciencia se refleja en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que constituye el primer marco internacional que no impone un límite de edad a la recogida de datos sobre la violencia de pareja y la violencia sexual. Tradicionalmente, los datos comparables a nivel mundial solo se han recogido para las mujeres en edad reproductiva, es decir, entre 15 y 49 años. Los indicadores recogidos en el ODS 5 sobre la violencia contra las mujeres medirán la prevalencia de la violencia sexual de pareja y fuera de la pareja entre “personas de 15 años y mayores”, por lo que allanarán el camino para la medición de los casos de violencia contra las mujeres de todas las edades.
El PNUD apoya a sus aliados en la prevención y el combate contra la violencia de género, y está trabajando para atender las necesidades de las mujeres mayores y apoyarlas para que lleven una vida productiva y creativa.
Entre otros, he aquí algunos ejemplos:
• Trabajar con los Ministerios de Salud para capacitar a los encargados de administrar servicios esenciales, como los servicios de violencia de género y la prueba del VIH, a fin de modificar las actitudes estigmatizadoras que actúan como barreras para que las mujeres de más edad tengan acceso a tratamientos.
• Ayudar a los países a crear o revisar sus planes nacionales de acción sobre la violencia contra las mujeres o la violencia de género, a fin de incluir a las mujeres mayores como población clave afectada por la violencia, incluida la promulgación de leyes que penalicen el maltrato de ancianas o la eliminación de leyes que impidan a las viudas heredar tierras y bienes materiales, lo cual las hace aún más vulnerables al maltrato.
• Aumento de la capacidad de las comisiones nacionales de estadística para recoger datos desglosados por edades y género para mujeres mayores de 49 años.
Con casi una cuarta parte de la población femenina mundial que cuenta con cincuenta o más años de edad, no vamos a tener éxito en la prevención o respuesta adecuada a la violencia de género si no reconocemos y satisfacemos las necesidades de este segmento de la población. Al asegurar que las mujeres de todas las edades participen en todos los aspectos del desarrollo y al apoyarlas en tanto que contribuyentes a sus familias, comunidades y naciones, nos aproximamos más a la realización del ideal de “No dejar a nadie atrás”.
Disponible en:
http://www.undp.org/content/undp/es/home/presscenter/speeches/2016/06/15/helen-clark-statement-for-world-elder-abuse-awareness-day/