El Programa de Personas Mayores (PPM) perteneciente a Cáritas Cienfuegos realizó el 12 de octubre último un taller de prácticas productivas solidarias que por primera vez, en las diócesis del país, aborda el tema del Emprendimiento.
Dicho evento llevó por nombre “Aprender a emprender”, tuvo como sede al Santuario de San José en Paraíso y fue facilitado por Magali E. Pérez Reyes, miembro del Consejo Nacional de Iglesias de Cuba.
En el encuentro participaron -además de las personas mayores de la diócesis- Shirley Núñez, Coordinadora Nacional del PPM, los coordinadores diocesanos en las diócesis de Matanzas y Santa Clara, una miembro del Equipo Nacional de Formación y una profesora del taller de manualidades de Matanzas.
El propósito del intercambio fue brindar herramientas para conocer cómo impulsar una actividad deseada; a su vez quería que las personas mayores reconocieran aquellos elementos que los ayudan a valorarse y descubrirse como emprendedores.
Fueron abordados temas de espiritualidad, retratos colectivos, video-debate y trabajos en grupo para reflexionar y resolver ejercicios prácticos.
“El PPM, para hacerse presente en las diócesis -especifica Shirley Núñez- realiza diferentes proyectos. Uno de ellos se propone el cuidado integral de las personas mayores y tiene entre sus objetivos que estas asuman actitudes más emprendedoras a fin de que se relacionen mejor y desarrollen sus capacidades. Dentro de esas actividades está la capacitación.
“Cuando Cienfuegos hizo su Plan Operativo Anual y puntualizó las acciones que trabajarían desde su realidad diocesana, surgió el deseo de hacer este taller de emprendimiento. Gracias a una serie de coordinaciones es que Magali (quien gestiona este tema con mujeres en el Consejo Nacional de Iglesias) llegó aquí. ¿Qué pasó entonces cuando otras diócesis supieron de la iniciativa de Cienfuegos?: pues mostraron interés en participar para después poder replicar la experiencia.
“La motivación para emprender es un camino que está empezando. Queremos incentivar a las personas mayores para que acometan acciones de emprendimiento que, como bien decía Magali, no tiene que llegar a ser un cuentapropismo; pero sí nos pueden ayudar a financiar actividades en las comunidades, a tener una proyección social con respecto a los demás o a realizar talleres intergeneracionales», concluyó Shirley.
“Aprender a emprender” fue un espacio solidario de trabajo en equipo que despertó aún más en los adultos mayores su utilidad y aporte en las comunidades; o como bien dijo el padre Juan Francisco Vega: “Fue un espacio que intentó, desde la responsabilidad individual de cada cual, hacer un poco mejor a la Humanidad”.
Diócesis de Cienfuegos, Santuario de San José en Paraíso, 21 de octubre de 2017.