Carlos Martínez Larrea visita a las personas internadas y ofrece libros y revistas de la biblioteca ambulante. En tanto, Fanny Civalero organiza actividades recreativas para los chicos que esperan ser atendidos.
Natalia Muñiz.
Diario Popular, 18 de noviembre de 2017.
En el hospital Santojanni unos 25 adultos y adultas mayores forman parte del programa de Promotores Voluntarios de Salud para Personas Mayores a través del cual se capacitan, promueven estilos de vida saludables y realizan campañas de difusión, prevención y detección de enfermedades en plazas porteñas. También cuentan con un taller de Comunicación; una Biblioteca Ambulante, donde se ofrecen revistas y libros a las personas internadas; y El Rincón de los Chicos, mediante el cual se organizan actividades recreativas frente al sector de Pediatría mientras las familias esperan ser atendidas.
“El curso de Promotores Voluntarios de Salud para Adultos Mayores comenzó en 2003. Hay unas 25 personas mayores que participan, algunas arrancaron hace 14 años. Los lunes a la mañana reciben una capacitación por parte de distintos profesionales del hospital, quienes brindan charlas sobre enfermedades como diabetes, hipertensión, celiaquía, y los promotores de salud multiplican el mensaje en la familia, los vecinos, los amigos, en el centro de jubilados”, señala la jefa de Servicio Social del nosocomio, María Laura Cappiello.
Respecto a las campañas de promoción de la salud en plazas cercanas al hospital, la profesional destaca que se realizan “dos por cuatrimestre, los promotores de salud brindan información, se toma la presión, se controla el peso y talla, una enfermera del programa de salud para adultos mayores mide la glucosa con la ayuda de algún promotor”.
De esta manera, afirma, las personas mayores “tienen un rol social importante, se posicionan desde otro lugar, no desde la dependencia sino desde un lugar activo”.
Indica que “las familias también notan un cambio, la persona mayor charla sobre cómo cuidar la salud, habla de prevención de adicciones. La palabra del abuelo es fuerte para los nietos y se fomentan las relaciones intergeneracionales”.
Las actividades se desarrollan de marzo a noviembre -días pasados terminaron las de este año-. Capiello coordina el curso de Promotores Voluntarios de Salud para Adultos Mayores junto a las trabajadoras sociales Gisela Sesa, Vanesa Benegas, el licenciado en Producción y Dirección Radial y Televisiva Rubén Petrucci, el licenciado en Psicomotricidad Jorge Aprosoff, y también cuentan con la colaboración de la coordinadora de la Red Gerontológica de la Ciudad Paula Vicente.
Asimismo se realiza un taller de Comunicación, a cargo de Rubén Petrucci, en la Asociación Civil Ana María Mogas; y llevan adelante los proyectos de Biblioteca Ambulante y El Rincón de los Chicos.
“Ponerse en el lugar del otro”
Carlos Martínez Larrea hace años se sumó como promotor voluntario de salud y está al frente de la Biblioteca Ambulante. “Yo me atendía en el hospital y un día vi los carteles del curso de promotores. Es interesante porque es una cuestión social, abierta, informativa. Uno está acostumbrado a que el médico le diga tome tal pastilla y listo. Acá nos enteramos de muchas cosas sobre cómo cuidarse. Es útil”, remarca.
Acerca de la biblioteca comenta que surgió antes que él formara parte. “En un principio se consiguió un lugar en la biblioteca de médicos pero como tenía horarios o a veces necesitan el lugar para reuniones, la Dirección del hospital dio un rincón en la entrada (del nosocomio) para ubicar el armario y tenemos libre acceso”.
“Voy cualquier día durante dos horas. Cama por cama, llevo revistas y el listado de los más de 400 libros que tenemos. Cuando a algún paciente le interesa un libro, bajo a buscar el ejemplar y se lo presto”, explica.
Sin embargo, remarca: “La biblioteca es un poco la excusa, es una conexión con quien está enfermo. Lo más importante es la parte humana, hay que ponerse en el lugar de quién está ahí, hay gente que está sola, no tiene familia y que alguien le hable es notable el efecto en él y en uno mismo”.
“Hay historias tristes y otras gratificantes...Es la vida. Se crean vínculos interesantes. Con algunas personas me sigo viendo o hablando por teléfono”, agrega.
Martínez Larrea siempre estuvo vinculado a tareas de voluntariado. “Desde que nací tuve interés en hacer cosas por alguien, así me educaron, así soy”, afirma con orgullo.
“Hay que salir del ego y comunicarse en serio con los demás, no por teléfono ni Internet, sino la comunicación humana, profunda, para lo cual hay que preocuparse por el otro. Es muy fácil mirar televisión, escuchar la radio, leer una revista. El asunto es qué hace uno con uno mismo, qué tiene adentro, qué hace con los demás, qué quiere transmitir y qué quiere recibir. A eso llamo tomar la vida en serio. La mayoría de las cosas buenas de la vida son gratis -como el amor, el afecto- pero no vienen en un sorteo, hay que conseguirlas y cultivarlas”.
“Lecciones impagables”
Fanny Civalero también hace años que forma parte de los promotores voluntarios de salud. Ella se encarga del proyecto El Rincón de los Chicos: “Me sumé por medio de otra promotora, que fue la comenzó con la iniciativa. Yo trabajé durante más de 40 años como docente y los chicos me encantan. Los miércoles de 9 a 11 voy frente a Pediatría, llevo juegos, rompecabezas, hacemos dibujos y los pegamos en la pared”.
“Los chicos son divinos, a algunos los veo semana a semana y la relación es muy linda -destaca-. Ellos te dejan lecciones impagables, se aprende mucho porque son espontáneos, auténticos”.
Asimismo manifiesta: “Soy una persona a la que le gusta hacer cosas. Hay que hacer cosas para el otro y para uno mismo, es una caricia importante. Hay gente con mucha voluntad y eso es positivo”.
https://www.diariopopular.com.ar/salud/voluntariado-adultos-mayores-el-santojanni-n329974