Evaristo del Carmen, con sus 86 años, deposita su mirada en los ojos de doña María, su esposa desde hace 62 años, la Navidad de la dulce ternura de la infancia los invade, la memoria amorosa de la familia en torno a la mesa los emociona y el recuerdo de la presencia de los amigos ausentes los llena del sentido que vamos de regreso a casa.
Navidad, la han vivido con las edades que son los trajes con que nos vestimos en nuestro peregrinar y vaya qué vestuario pueden mostrar…
Cada época ha tenido una idea de persona y ha sido esa idea la que ha determinado los derechos y deberes que le son propios.
Como personas mayores, se han abierto en una riqueza de memoria y prácticas diversas, de relaciones con el Estado y la sociedad civil en un largo caminar, para ser reconocidos como sujetos de derechos y deberes.
Derecho y deber son una unidad indivisible jurídica y filosóficamente y, representan, para Evaristo y María que viven en sociedad, el camino de acceso para realizar los valores integrales de la humanidad, los materiales y espirituales.
La CONVENCIÓN INTERAMERICANA SOBRE LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS PERSONAS MAYORES, ha sido un reconocimiento ético y jurídico de la dignidad humana de las Personas Adultas Mayores, a respetarse y aplicar en las realidades nacionales los acuerdos contraídos en esta Convención.
Evaristo y María, meditan el sentido de la NAVIDAD desde el corazón y se inundan de esa plenitud de conciencia de descubrirse en esa naturaleza humana/terrena con la divina/transcendental , que los abre a un Mundo Nuevo: Siempre han tenido conciencia de su DIGNIDAD HUMANA , que debe ser la centralidad del Estado y la Sociedad.
NAVIDAD les abre los ojos del corazón para ver la Gloria de Dios, que resplandece en el Hombre y la Mujer: El Dios Viviente se ha hecho uno con Evaristo y María.
NAVIDAD nos descubre el sentido sagrado de la vida, la vida en abundancia y paz, la vida para ser felices.
Vuelven su mirada al pesebre y, al contemplarlo, quieren que ese pesebre sea la NUEVA CIUDAD para el hombre y la mujer en donde personas de todas las edades son acogidas y reunidas en torno a la mesa común CON DIGNIDAD PLENA.
SEA este tiempo para renovar nuestro espíritu y fuerzas en los deberes de la inteligencia, en el sentido sagrado de la vida humana, para hacer caminos de bondad y paz, de justicia y equidad en una Sociedad para todas las Edades.
¡¡FELIZ NAVIDAD Y UN NUEVO AÑO DE PLENITUDES Y BIENAVENTURANZAS!!
Luis Gustavo González Pizarro
Red Latinoamericana de Gerontología