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Costa Rica envejece y se acerca a experimentar su segundo bono demográfico

Viernes, 12 de Julio de 2019
Envejecimiento y vejez

Es un proceso con grandes potencialidades para el sector educativo e incorporación femenina al mercado laboral.

Costa Rica comienza a experimentar su segundo bono demográfico y se espera que para el año 2045 contará, mayoritariamente, con una población mayor a los 60 años, antes que muchos otros países de Latinoamérica.

Así lo confirmó un estudio desarrollado por el Centro Centroamericano de Población (CCP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), como parte de un proceso de cambio que vive el país y que entra en una última etapa.

De acuerdo con Pamela Jiménez, investigadora del CCP-UCR el proceso de cambio demográfico (bono demográfico) de Costa Rica consiste en una reducción de la mortalidad, sobre todo la infantil, una mayor esperanza de vida y mejoras en las tasas de fecundidad.

“Todo este proceso fue muy rápido en el país, si se compara con otras naciones de Europa; esto genera al inicio un rápido crecimiento de la población, la cual entra al mercado laboral permitiendo un avance en la mejora de la economía. Eso se conoce como bono demográfico. Sin embargo, para el país el primer bono demográfico ya está finalizando y se espera que termine totalmente en 2025”, explicó Jiménez.

Se experimentó por décadas una población mayoritariamente en edad productiva, pero con el tiempo las políticas de planificación familiar generaron una desaceleración de la fecundidad y este proceso no fue bien aprovechado por Costa Rica.

Una oportunidad desaprovechada

Entrar a este segundo bono demográfico implica que el país es una sociedad envejecida, lo que impacta su economía y presenta retos sustanciales en términos fiscales, de seguridad social, desigualdad y pobreza, de ahí que serán esenciales las políticas que se impulsen desde el sector estatal.

En el caso del primer bono demográfico, si se analiza por sectores, hay áreas en las que no se pudo aprovechar el beneficio de una gran porción de la población en el mercado laboral, como en pensiones, pues bajo el esquema actual, que es de contribuciones solidarias, ya no resulta tan sostenible.

La investigadora señaló que con este segundo bono demográfico se evidencia que la sostenibilidad del régimen de pensiones se comienza a complicar, porque al ser solidario -quienes trabajan hoy aportan a la seguridad social de los que ya no trabajan- no se está haciendo una gran reserva para esos que se pensionarán a futuro y cada vez hay menos gente que cotiza.

“Hay un proceso de desaceleración. Además, más de un tercio de la población se ubica en el sector informal, eso implica que no aportan a las pensiones y con tasas de desempleo por encima del 10% se da una ruptura de ese pacto social”, dijo Jiménez.

Otro sector que no supo aprovechar el bono demográfico es salud, donde actualmente hay una fuerte presión del sistema de financiamiento, aunado a una creciente demanda de los servicios.

En este sentido, hay que discutir la esperanza de vida de la población, la edad de pensionarse y las contribuciones que se realizan, dijo la investigadora del CCP-UCR, quien consideró que se requieren reformas que no sean de un enorme impacto en las finanzas de las personas, pero que de sostenibilidad al sistema.

Una ventana para educación

Para la educación, la oportunidad de aprovechar el bono demográfico todavía está vigente, porque significa que hay menos niños en las aulas, pero crece más rápidamente la población que financia el sistema educativo, creando una ventana de ventaja para que se mejoren los servicios y la calidad de la formación.

“No quiere decir que hay un excedente de dinero y que sobra, sino que es posible aprovecharlo para invertir mejor los recursos del sistema educativo, ya sea en capital, cobertura de Internet, calidad y formación de docentes, acceso a la tecnología. Pero son dineros que se deben mantener en el sector, porque trasladarlos a otro significaría una afectación y una solución de poca duración”.

El segundo bono demográfico es el chance que tiene el país de -una segunda oportunidad- para lograr crecimiento y mejora de la productividad, pero no porque la población crece, sino porque el núcleo de adultos mayores comienza a crecer y son ellos quienes usualmente acumulan capital para su retiro. Si se logran invertir esos recursos con instrumentos financieros atractivos, habrá un gran potencial de mejorar.

El aprovechamiento del segundo bono demográfico dependerá en gran medida de las políticas públicas que se implementen en el sistema financiero y tiene una naturaleza más indirecta.

Bono de género: oportunidad de oro

Una de las mayores oportunidades que presenta el segundo bono demográfico es el bono de género. Ante los retos futuros y la necesidad de una reactivación económica y mejora de la productividad, las mujeres pueden ser la respuesta.

Si se analizan las tasas de participación de las mujeres al mercado laboral es evidente a simple vista las oportunidades que hay. Las tasas de participación están cercanas al 50%, por lo que hay un gran porcentaje de mujeres que no están aportando, en términos de trabajo formal, a la economía.

“Si el país lograra que más mujeres se incorporaran al mercado laboral habría un crecimiento de la economía, pero para ello es necesario romper con las barreras existentes para una inclusión femenina, pues a pesar de que ellas son las más educadas en términos académicos, sufren mayor desempleo y suelen recargársele las labores de cuido y trabajo doméstico”, señaló Jiménez.

Por ejemplo, las mujeres asumen el 75% del trabajo doméstico y en cuido el porcentaje es similar, pero siguen siendo las que tienen mayores índices educativos.

Estos elementos limitan el acceso de las mujeres al mercado laboral, por ello urge una política de empleo femenina, que no solo se trata de puestos de trabajo sino de redes de cuido, flexibilización en algunas áreas y una mayor equidad para cerrar la brecha salarial.

Una alternativa podría ser la creación de una licencia de paternidad, lo que reduciría la discriminación de las mujeres y permitiría un mayor involucramiento masculino con el hogar.

Además, actualmente sólo existen redes de cuido para mujeres en condición de pobreza, no son de cobertura nacional; de ahí que sería indispensable una política para el país que impulse redes de cuido universales y de alta calidad.

Si estas políticas se pudieran poner en marcha sería posible incrementar la participación femenina, como lo han hecho países nórdicos (Noruega, Dinamarca, Finlandia), pero esto no se logra partiendo de que las mujeres deben asumir una doble jornada, incorporándose al mercado laboral y asumiendo todas las labores de cuido y domésticas. Es necesario impulsar políticas públicas y de formación en las primeras edades.

Fuente: Semanario Universidad UCR - 09/04/2019.
https://semanariouniversidad.com/pais/costa-rica-envejece-y-se-acerca-a-experimentar-su-segundo-bono-demografico/