La ausencia de datos y la repercusión que tiene en los derechos humanos de las personas de edad es el punto central de un nuevo informe presentado por el Consejo de Derechos Humanos.
La Experta Independiente sobre el disfrute de todos los derechos humanos por las personas de edad, Claudia Mahler, presentó el informe.
Al dirigirse al Consejo, esta afirmó que la pandemia de la COVID-19 no solo había tenido repercusiones desproporcionadas sobre las personas de edad, sino también había aumentado las violaciones existentes de sus derechos.
Asimismo, expuso la “flagrante ausencia de datos sobre las personas de edad”.
En la mayoría de los países, según observó Mahler, la información sobre las realidades que viven las personas de edad está, en el mejor de los casos, fragmentada y es, en el peor de los casos, inexistente. Los planteamientos y metodologías inadecuados de recogida de datos causan este problema, y la ausencia de datos se traduce en la constante invisibilidad de las desigualdades que sufren las personas de edad.
“La exclusión de las personas de edad de encuestas y censos nacionales afecta la capacidad de comprender en qué medida pueden participar en la sociedad y disfrutar de sus derechos humanos en igualdad de condiciones que los demás”, declaró Mahler.
Las deficiencias en ámbitos como el cuidado, la discriminación por razón de edad y la pobreza siguen siendo motivos de preocupación importantes. Por ejemplo, las encuestas demográficas y de salud generalmente excluyen a las mujeres de 50 años o más y a los hombres de 55 o 60 años y más de su ámbito de aplicación.
Según Mahler, esta situación básicamente les invisibiliza.
Responsables de políticas toman decisiones en la oscuridad
El informe destaca que los encargados de decisiones, sin la disposición de datos significativos y fiables, tienen dificultades serias a la hora de definir políticas públicas exitosas y fundamentadas que incluyan las necesidades de las personas de edad.
Según Mahler, los datos “favorecen los conocimientos básicos sobre las necesidades de las personas de edad” y permiten a los responsables de políticas identificar las deficiencias y, por tanto, mejorar sus planteamientos y medidas.
Además de la necesidad de disponer de datos para las políticas, el informe explica que los datos también contribuyen a la concienciación, al empoderamiento de las personas de edad, así como para conocer los modos estructurales y sistemáticos en los cuales las personas de edad se quedan atrás.
Los datos resultan necesarios “para cambiar las percepciones de la vida en edad avanzada, especialmente para que sea algo más que una etapa inevitable de déficit y declive”, agregó Mahler.
El camino a seguir: mejora y desglose de datos
En el informe se exige una mejora inmediata de las metodologías de recogida de datos relacionados con las personas de edad, con normas claras y requisitos de presentación de informes.
Según el informe, los datos deben desglosarse para garantizar que se recopilan mediante un planteamiento basado en derechos humanos. El desglose por edad y otras variables sociodemográficas importantes, tales como el género, las condiciones de vida, la educación, el empleo y los ingresos, significa que los datos pueden analizarse y compararse adecuadamente con otros grupos de población.
Además, los grupos de edad tienen que reflejar la diversidad de la población anciana, teniendo en cuenta que las personas de la tercera y de la cuarta edad presentan distintas necesidades, capacidades y prioridades en sus vidas.
Mahler también solicita que las personas de edad participen de forma activa en todas las etapas de la recogida, análisis, uso y notificación de datos, incluso en la elaboración de encuestas. Señala que está comprobado cómo los datos generados por los ciudadanos pueden ayudar a arrojar luz sobre la situación de los grupos marginados, con lo cual se cubren las deficiencias de los datos y se impulsa el cambio político.
Sin embargo, al reconocer que la revolución digital de datos genera “posibilidades sin precedentes” para abordar la deficiencia de datos sobre las personas de edad, Mahler recalcó que los datos deben emplearse exclusivamente para el propósito que las personas de edad hayan aceptado, y con el pleno respeto de la privacidad y de las normas de derechos humanos.
“La deficiencia de datos es una manifestación más de la invisibilidad de las personas de edad”, aseveró Mahler. El llamamiento del informe —para un “cambio conceptual y fundamental de metodología y proceso”— puede contribuir considerablemente a dar voz a las personas de edad, concluyó.
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Fuente: ACNUDH - 1 de octubre de 2020
https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/lack-of-data-on-older-persons.aspx