Cira Rodriguez César
La Habana, 11 Enero 2006(PL) Los cambios demográficos producidos en Cuba como resultado de la disminución del Ãndice de natalidad y el incremento de la expectativa de vida, han conducido a un envejecimiento acelerado de la población.
Actualmente el 14,7 por ciento de la población cubana es mayor de 60 años, por lo que las necesidades y demandas de este grupo asumen categorÃas superiores y hace que las respuestas tradicionales resulten insuficientes.
El enfoque humanista de la sociedad socialista y la atención diferenciada a los sectores poblacionales que más lo necesitan son una prioridad de la Revolución cubana, por lo que desde 1974 se puso en práctica el primer programa de atención al adulto mayor.
Concebidas para brindar especial y diferenciado cuidado a sus necesidades biológicas, psicológicas y sociales, las acciones emprendidas han permitido elevar la calidad de vida y prolongar la existencia de esas personas, lo que arroja una perspectiva de vida de 76,15 años.
En ese sentido el programa integral de atención al adulto mayor rectorado por el Sistema Nacional de Salud, en particular por el médico de la familia y el resto de los eslabones de la atención primaria de salud, posee un enfoque comunitario e institucional.
Mediante ese mecanismo se estudian los aspectos del envejecimiento de las personas y sus requerimientos, de ahà que la favorable estructura sociopolÃtica en el paÃs constituya un potencial de ayuda para acondicionar el programa establecido.
A tales efectos hoy Cuba posee más de 14 mil cÃrculos de abuelos, 174 casas y centros de recreación y orientación para esos grupos etáreos, asà como también brinda cuidado domiciliario a más de 96 mil personas de la tercera edad.
Este programa, además de ofrecer una aglutinación en favor del adulto mayor, se aplica en todos los niveles de atención e incluye no sólo la salud, sino la seguridad social, los deportes, la cultura, la legislación y otros.
Cabe destacar que el 70 por ciento de los gastos corrientes de la actividad presupuestada, prevista para este año, se destina a sectores que garantizan el bienestar de la población, en una sociedad donde lo más importante es el desarrollo del ser humano.
Al pago de pensiones a los beneficiarios de la Seguridad Social (entre ellos los adultos mayores) son asignados tres mil 502 millones de pesos (igual en dólares), un 20 por ciento más de lo estimado para el 2005.
Según estadÃsticas internacionales, Cuba es uno de los paÃses latinoamericanos más envejecidos, por ello dada la magnitud alcanzada en este orden y la rapidez con que se ha transformado su pirámide poblacional programas como estos constituyen una prioridad en los años futuros.
Pero la prolongación de la vida humana también se aceleró en el mundo a partir de 1980, cuando existÃan 550 millones de adultos mayores, con una perspectiva demográfica de mil 250 millones en el 2025.
A tales efectos autoridades de la Isla consideran que la preocupación debe ser a escala mundial, con acciones cooperativas y solidarias que, con polÃticas y estrategias nacionales e internacionales, materialicen en forma afectiva la ayuda a los adultos mayores.
En ese sentido alertan también acerca de las tendencias actuales para la protección de los ancianos, bajo el pretexto de que la mayorÃa vive en naciones desarrolladas, todos se asemejan, envejecen de la misma manera y son frágiles.
De acuerdo con esos análisis superficiales, esa población no tiene nada que aportar y constituye una carga económica para la sociedad, nada más alejado de las posibilidades y capacidades que aun puede desarrollar ese sector.
A ello se suma que en muchas regiones del planeta los programas de seguridad social hacia los adultos mayores son exiguos, pues en paÃses como Bolivia y Ecuador trabaja alrededor del 70 por ciento de la población que sobrepasa los 60 años, merecedora de un descanso y pensiones suficientes para su subsistencia.
Desarrollar actividades educativas que cambien la imagen que tiene el anciano de sà mismo y de la sociedad, o fomentar estilos de vida sanos sin alcoholismo, sedentarismo o drogadicción, no son acciones vanas, sino enaltecedoras de la persona en el ocaso de su vida.
Garantizar la atención periódica y sistemática en el consultorio, en el hogar, en el cÃrculo y casa de abuelos, en el centro de trabajo y en las policlÃnicas prolonga la existencia de cualquier ser humano.
El envejecimiento saludable y la vejez satisfactoria son claves para los que en su momento fueron los protagonistas de la familia, la comunidad y toda la sociedad.
A despecho de las acusaciones de violar los derechos humanos y de estar sometida a un férreo bloqueo económico, Cuba tiene una situación privilegiada dentro del hemisferio por la protección a toda la población, en particular a sus ancianos
Fuente: http://www.prensalatina.com.mx/