Informaciones

Chile. Las personas mayores y el Gobierno

Jueves, 20 de Abril de 2006
Recortes de prensa

 

La Nación
15.04.2006

Debemos destacar que el tema de los adultos mayores no es asunto privado y no debe tratarse apelando a la “solidaridad natural entre las generaciones”. Es un tema público que exige una política pública

Desde el Observatorio Social del Envejecimiento y la Vejez registramos con optimismo la forma en que el programa de la Presidenta Bachelet se ha propuesto abordar los temas sociales pendientes. Entre éstos quisiéramos colocar, en primer plano, los problemas que acompañan los acelerados cambios en la estructura de edad de la población chilena. Las cifras que entregan los organismos especializados de las Naciones Unidas son elocuentes. Dentro de 50 años, nuestro perfil demográfico habrá cambiado de forma drástica, aumentando la esperanza de vida, para todos los estratos sociales, desde los 55 a los 76 años. Se proyecta que para fines de la primera mitad del siglo XXI, podrá alcanzar casi 81 años. Entre 1920 y 1940, la población mayor de 60 años no superaba el 3,5% del total, hoy, llega a más de 10% y se proyecta su duplicación en 25 años. Estas cifras obedecen a importantes cambios socioculturales, aparejados a los avances de las ciencias médicas, que se reflejan en la baja de la tasa de natalidad y la caída de la mortalidad prevenible. Estos procesos se dan en todo el mundo e indican la modernización de los países.

Desafortunadamente, la sostenida alza de la longevidad humana se proyecta en múltiples efectos no deseados, los que se deben enfrentar globalmente y requieren el esfuerzo de todos. El más conocido consiste en el desequilibrio entre las personas económicamente activas, que disminuyen proporcionalmente, y el incremento de la población adulta potencialmente dependiente (mayores de 60 años), situación que impacta de forma directa en los fondos de jubilación y pensiones. Pero eso no es todo: a pesar del optimismo que desencadenan las imágenes saludables de muchos adultos mayores, no hay fórmulas para anular la inexorable tendencia a la fragilización del cuerpo humano. A medida que la población envejece, los requerimientos de nuevas estructuras sociosanitarias se hacen imprescindibles y sus prestaciones tienden a ser cada vez más complejas.

Hay otras consecuencias por el envejecimiento que originan menos debates públicos pero no por ello dejan de ser importantes. Por ejemplo, los adultos mayores carecen de estatus social reconocido y por eso son apartados de la sociedad. Esto genera estados depresivos. Además, las familias tienen que asumir el cuidado de los ancianos más frágiles sin ningún tipo de apoyo ni capacitación. A ello se une un entorno urbano que dificulta su desplazamiento y, peor aún, resultan blancos de la agresividad urbana y la acción delictiva. Es en ese contexto, donde la extensión de la vida sólo puede ser percibida como una “catástrofe” tanto para los sistemas económicos, de salud y de vivienda, como para las propias familias con adultos mayores. No extraña, entonces, que la vejez y el envejecimiento se comuniquen codificados en varias formas de exclusión, desde una muerte digna, el acceso a la tecnología y hasta el sentido mismo de vivir la vida.

Debemos destacar que el tema de los adultos mayores no es asunto privado y no debe tratarse apelando a la “solidaridad natural entre las generaciones”. Es un tema público que exige una política pública y una importante claridad de parte de nuestros gobernantes y legisladores. Desde la Universidad de Chile, y como Observatorio Social del Envejecimiento y la Vejez, nuestro objetivo es reflexionar críticamente y aportar antecedentes a nuestros nuevos gobernantes y legisladores, entregar información sobre nuestra población de adultos mayores, basada en una mirada global que contribuya a tomar buenas decisiones para alcanzar la meta de la Organización de las Naciones Unidas: construir, en este siglo, una sociedad para todas las edades.

-----
Nota: Interesados en conocer más sobre el Observatorio Social del Envejecimiento y la Vejez, ir a www.observa.uchile.cl