Mujeres- Nº 280
Publicación Semanal
Semana del 20 al 27 abril 2006
Para el 2025, Cuba contará con la mayor tasa de envejecimiento de América Latina. Se calcula que para esa fecha el 25 por ciento de la población sobrepasará los sesenta años de edad.
Como signataria del Plan de Acción de la ONU, surgido a partir de la Segunda Cumbre Mundial del Envejecimiento realizada en el 2002, las autoridades cubanas sostienen que nuestra nación puede arribar sin temores a tales Ãndices, por lo que ya se trazan polÃticas y estrategias encaminadas a enfrentar dicha problemática.
Para el sistema de salud mundial, los retos se acrecientan. Si en 1950, los adultos de la tercera edad rondaban los 200 millones en el mundo, para el 2025, se estima que la cifra ascienda a 1200 millones de personas.
Estos Ãndices producirán un gran impacto en la salud pública, ya que aumentarán de manera considerable los riesgos por discapacidad, las enfermedades crónicas, el seguimiento médico prolongado, el incremento del costo de las acciones asistenciales y la demanda de servicios de larga duración.
A lo anterior se suma el aspecto psicológico que presenta este grupo etario. Muchas de las personas arriban solas a la tercera edad (en Cuba se registran 120 mil 877), las que se ven precisadas a ingresar en centros de atención, alejándose de su entorno familiar y comunitario.
Una de las variantes adoptadas en nuestro paÃs son las Casas del Abuelo, de las que ya existen 187, donde los adultos pasan allà el dÃa, y regresan en la tarde al seno familiar. Esta solución ha contribuido notablemente al mejoramiento de su calidad de vida y a la tranquilidad de las familias.
Más allá de las pensiones
El sistema de seguridad cubano trasciende en mucho las pensiones, ya que dirige también su accionar hacia aspectos tan relevantes como el pleno empleo, seguridad alimentaria, cultura general integral y amplia participación social.
En momentos en que la seguridad social en el mundo atraviesa por una marcada crisis, lo cual se manifiesta en elevados Ãndices de desempleo y con millones de niños obligados a trabajar, Cuba ofrece, sin ningún tipo de discriminación, la posibilidad de empleo para todos sus ciudadanos y una cobertura y garantÃas de seguridad social para toda la población.
Alrededor del 11 por ciento del producto interno bruto, 3 mil 502 millones de pesos, se destina en nuestro paÃs a la seguridad. Cifras que hablan por sà solas de los esfuerzos que se realizan por lograr una longevidad sana y activa.
En un estudio efectuado por el Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS), se detectó que una alta proporción de personas continúan su permanencia laboral, aunque ya tengan edad de retiro. Entre otras causas que originan tal situación, se señalan las adecuadas condiciones fÃsicas y mentales y la satisfacción que sienten con la labor desarrollada.
El promedio de edad con que los hombres se jubilaron en el 2005 fue de 61años; las mujeres, de 57. En la legislación cubana se establece que los mÃnimos de jubilación son de 60 y 55, respectivamente.
Como otro dato significativo, la investigación arrojó que aunque la ley establece como requisito para la jubilación un servicio mÃnimo de 25 años, para uno y otro sexo, en el año anterior, esta cifra se elevó en los hombres a 35 años como promedio, y en las mujeres a 26, lo cual garantiza una pensión con una cuantÃa superior a la mitad de su salario promedio anual.
A partir de los nuevos programas contemplados en la Batalla de Ideas, principalmente el de los Trabajadores Sociales, el Sistema de Seguridad Social ha contado con decenas de cientos de jóvenes que participan activamente en la ejecución de la polÃtica trazada por el Gobierno cubano, en aras de elevar la calidad de vida de las personas de la tercera edad.