Recientemente ha tenido lugar en Valencia, España un Congreso de Mayores promovido por la Red Crescendo. Se realizó en el marco del Congreso Teológico Pastoral en el V Encuentro Mundial de Familias. Importantes organizaciones Católicas que trabajan a favor de las personas mayores, intercambiaron sus visiones sobre diversos temas que constituyen verdaderos desafÃos para comprender muy distintas situaciones actuales de las familias, derivadas del envejecimiento poblacional y del creciente aumento de la longevidad.
El Congreso de Mayores ha abierto una oportunidad inmejorable para reflexionar, en todas las instancias de la Iglesia Católica, acerca de nuestras propias representaciones de la vejez y de la pertinencia de nuestras prácticas. A nuestro juicio, inclusión y autonomÃa son conceptos que emergen con fuerza de estas reflexiones, orientadas a repensar el envejecimiento y la vejez, asà como a construir nuevas miradas acordes con la realidad actual de las personas adultas mayores. Inclusión y autonomÃa son conceptos que deben enriquecerse y cualificarse en la amplia composición de relaciones de las cuales forma parte la creciente población de personas mayores. Relaciones que trascienden, por cierto, los ámbitos de la familia misma para entrelazarse en el conjunto del tejido social.
Sin duda, la representación de la vejez materializada solamente en el rol de "abuelo/a" y de "jubilado/a", resulta limitada para dar cuenta de las múltiples condiciones y posibles identidades que en la sociedad actual van asumiendo cada vez con mayor fuerza, las personas mayores. Los roles clásicos explotan frente a la realidad cruda, en la cual la calidad de abuelo/a suele llegar tantas veces, a la edad de 40 años, y la jubilación pasa a ser una quimera que se aleja cada dÃa en manos de la inestabilidad e informalidad del empleo, asà como de una seguridad social paradójicamente cada vez más incierta.
Si bien la extensión de familias multigeneracionales constituye una respuesta práctica a la que los sectores más pobres pueden apelar para asegurar la sobrevivencia de sus miembros, ésta no se reduce a meras relaciones funcionales. El amor, la tolerancia y el compromiso entre sus miembros, son hoy los presupuestos fundamentales que están movilizando voluntades por lograr el bienestar necesario que permita llevar adelante una vida digna. En ese proceso de búsqueda, los adultos mayores están jugando un papel relevante, al sumar sus esfuerzos para tomar parte cada vez más activa en una sociedad cuya dinámica de cambio se hace cada vez más rápida y compleja.
El reto está entonces, en re-apropiarnos de la vejez como una condición positiva de la vida, y en potenciar los beneficios que reporta la convivencia multigeneracional, tanto a nivel familiar como social.
Ximena Romero – Coordinadora de la RLG
Christel Wasiek – Asesora de la RLG
1 de Agosto de 2006.