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Enfermedad de Alzheimer. Se puede hacer mucho por el paciente

Viernes, 21 de Septiembre de 2007
Recortes de prensa

Por Facundo Manes
Para LA NACION (Argentina)
21.09.2007.

Hoy no hay cura para el Alzheimer, pero se puede hacer mucho para que el paciente y su familia vivan lo mejor posible y para intentar retardar el progreso de los síntomas. Abrazar este concepto es una actitud ante la vida y una de las cosas más útiles que se pueden hacer.

El primer paso para el tratamiento eficiente de la enfermedad es el diagnóstico temprano. Como demuestra un artículo publicado en la revista The Lancet por Bruno Dubois, que lideró un panel de expertos sobre el tema, cuando se diagnostica hoy el Alzheimer éste ya tiene varios años de desarrollo en el paciente. Por eso, el grupo de expertos que condujo Dubois propone nuevos criterios diagnósticos para detectar la enfermedad en sus comienzos y enfatiza la importancia de realizar una consulta médica ante síntomas tempranos como pérdida de memoria.

Por eso, es importante prestar atención a las fallas de la memoria episódica, que se refiere a recuerdos personales en los que uno puede referirse de manera concreta al momento y lugar en el que se adquirieron (por ejemplo la capacidad de retener información del tipo cuál fue la actividad que uno realizó el día anterior).

Cuando el paciente no es consciente o niega sus dificultades de memoria, mientras que la familia las considera significativas, estamos frente a una probable señal de que los trastornos de memoria son más serios.

El diagnóstico temprano de la enfermedad tiene un impacto en el tratamiento médico, pero mucho más importante es que le brinda la posibilidad al paciente de decidir sobre aspectos trascendentales de su vida. Un paciente con diagnóstico inicial de Alzheimer puede, con valentía, decidir su futuro: dedicarle tiempo a su familia, planificar su economía y quizás vivir con mayor intensidad

La segunda clave es obtener el mejor tratamiento farmacológico posible. Existe nueva evidencia acerca de que lo que se creía que era la causa de la enfermedad, el depósito de proteínas entre las neuronas y dentro de estas, no es tan así. Sabemos que hay personas que tienen las características del Alzheimer en su cerebro y no manifiestan los síntomas. Hoy la ciencia trabaja para conocer la causa de la enfermedad para luego pensar una cura. Por el momento, el mejor tratamiento disponible combina drogas de acuerdo con la evolución del paciente.

La tercera clave del tratamiento, y tan importante como la medicación, es la realización de ejercicios que ayuden a estimular las funciones mentales y el trabajo constante en programas que estimulen las habilidades de la vida diaria. Visitar museos y realizar ejercicios de recordación de obras y pintores, aprender computación, tienen un efecto en lo cognitivo y en lo emocional, en la vida del paciente y de sus familiares.

Contener afectivamente al paciente e indudablemente a sus familiares que están sometidos a un estrés permanente es una parte crítica de un tratamiento integral que empieza con una decisión de vida: afrontar con entereza y determinación una de las pruebas más duras que puede afrontar un ser humano: una enfermedad en la se deteriora la propia identidad.

El autor es director del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco)