La Nación 05.11.2007.
En 2010 -según proyecta el Instituto Nacional de Estadísticas (INE)- por cada 100 menores de 15 años habrá 60 ancianos en el país. "Eso obligará -dice Marcelo Arnold, director del Observatorio Social del Envejecimiento y la Vejez de la Universidad de Chile- a que los chilenos nos encontremos debatiendo temas como la prolongación innecesaria de la vida" o de la "muerte digna".
Según en también decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la casa de Bello, "existe una difícil ecuación entre contar con más años para vivir y vivirlos plenamente".
Los datos del INE son contundentes: en 2020, por cada 100 menores de 15 años habrá 85 ancianos, estadística que encabezará la Quinta Región, que se convertirá en la zona con más tercera edad del país. Tras ella asomarán la Sexta y la Séptima.
Este envejecimiento de la población chilena involucra un descenso porcentual de los grupos más jóvenes a consecuencia de la baja en fecundidad y del fuerte incremento de todos los grupos de edad, en especial de adultos mayores, sostiene el INE.
Este envejecimiento tiene también repercusiones económicas: de acuerdo con las estimaciones del INE, en 20 años más en Chile habrá 60 personas dependientes por cada persona potencialmente activa.
La esquiva salud
Más números: del 1.290.181 adultos mayores que había en 2005, en 2020 se saltará a 2.202 .559 mayores de 65 años el 2020. ¿Cambiarán también las causas por las que mueren los chilenos? No, según el cirujano vascular de la Universidad Católica, Francisco Valdés. Según el profesional, el tabaquismo, sedentarismo, la comida chatarra, el estrés, etc., seguirán siendo factores preponderantes pese a las campañas públicas y privadas para educar los hábitos. "El infarto al cerebro o al corazón continuará por muchos años más como primera causa de muerte", vaticina, añadiendo que producto del envejecimiento, el cáncer será la segunda causa.
"Y en tercer lugar por las condiciones de hacinamiento urbano, frustración social, etc., la violencia y los accidentes continuarán en la lista de causas de muerte más frecuentes a nivel nacional".
A pesar de los enormes esfuerzos y las grandes inversiones en el área de la salud, persisten las dudas si el sistema nacional de salud podrá contra este envejecimiento poblacional. "Nuestro sistema sanitario aún dista de tener la capacidad de ofrecer a los chilenos un acceso expedito, igualitario y eficaz para resolver sus problemas de salud", opina el doctor Valdés. Y plantea que "las aspiraciones de los pacientes crecen más rápido que la capacidad de satisfacerlas. Lamentablemente la despersonalización de la atención médica, los altos costos de una medicina altamente tecnificada, las decisiones sanitarias a veces adoptadas sobre la base de criterios coyunturales más que técnicos son factores que tienden a perpetuar la dificultad de dar una mejor salud", opina.
Males evitables
Según el especialista, la mejor medicina debe comenzar con la educación desde la infancia, para generar una cultura de la prevención. "El crecimiento económico alcanzado en un plazo tan breve, divorciado de una educación apropiada para el manejo de los recursos desde el nivel individual, familiar y finalmente social ha permitido el desarrollo de nuevas lacras en medicina como es por ejemplo la obesidad mórbida, el síndrome metabólico, etc., condiciones derivadas de un consumo descontrolado que ahora obliga a los agentes de salud a gastar recursos en patologías que en gran medida dependen del individuo y que por tanto son evitables".
Según Valdés, sin una educación adecuada, cualquier esfuerzo en salud resultará insuficiente. "Niños y jóvenes, debidamente educados, cuando lleguen a la tercera edad serán capaces de evitar condiciones predisponentes y de contribuir a su propio cuidado."
Y vaticina: "Si se fortalece el sentido de familia y se favorecen los vínculos entre padres e hijos, será menos probable que los ancianos chilenos queden en la indefensión como ocurre en otras sociedades. Individualistas y hedonistas en que los adultos mayores son víctima del abandono, y terminan sus días en lugares colectivos, privados del afecto de los suyos y de la atención necesaria".
Tareas urgentes
Para Arnold, la tarea más urgente que tomar hoy frente al fenómeno pronosticado es "integrar este tema en la opinión pública como un proceso que esta viviendo el país y que debe ser reconocido como un logro de nuestro desarrollo. Jamás tratar el problema del envejecimiento de la población como un desastre, pues no lo es".
La segunda tarea urgente, según Arnold, es que "los adultos que hoy envejecen que se preparen para llenar sus más años de vida con más vida, anticipándose en desarrollar Y mantener redes sociales y costumbres que retrasen y aminoren los problemas que acompañan naturalmente el declinar de nuestros organismos .
La tercera tarea urgente para Arnold "es tratar el envejecimiento de la población como una oportunidad de prolongar nuestras vidas en un ambiente de dignidad y no de marginación".