El Tiempo (Colombia)
Bogotá - 2/4/2008.
La norma busca garantizar que los hogares cuenten con los requisitos técnicos y sanitarios adecuados y con personal calificado para atender a las personas de la tercera edad.
La muerte de tres ancianas, que perecieron el 1 de enero del 2006 atrapadas en un hogar geriátrico tras un incendio, fue uno de los casos que movió a la comisión de Gobierno del Concejo para aprobar la nueva reglamentación.
La norma ordena la unificación nutricional de la alimentación que reciben los adultos mayores, estándares mínimos de calidad del personal que los atiende, un plan integral para la atención de emergencias y un plan de salud ocupacional.
En el caso del barrio Mandalay (Kennedy), causado por un volador que cayó sobre el techo de la edificación, las ancianas no pudieron ser recatadas oportunamente.
Con la nueva reglamentación, la Secretaría Distrital de Integración Social tendrá que crear un Registro Único de Inscripción de los hogares geriátricos y gerontológicos que funcionan en la ciudad, definir la reglamentación específica que los regirá y verificar su cumplimiento.
Por ejemplo, la alimentación en todos los ancianatos tendrá que ceñirse a las guías alimenticias del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el Ministerio de Protección Social y Unicef.
La Secretaría Distrital de Salud también se encargará de expedir la reglamentación específica de acuerdo con su competencia.
Además, los hogares geriátricos deberán implementar un plan de atención con factores sociales, ocupacionales, emocionales y de salud que les garanticen calidad de vida de las personas atendidas y definir un portafolio de servicios de acuerdo con sus recursos y especialidad (geriátrica o gerontológica).
Las fallas de los hogares geriátricos
Desde abril del 2005, el control de los hogares geriátricos ha estado bajo la coordinación de hospital de Chapinero. En los primeros dos años suspendió parcial o totalmente los servicios en 31 hogares de este tipo. Se encontraron deficiencias en las condiciones higiénico-sanitarias, falta de personal entrenado en salud (auxiliares de enfermería las 24 horas, médicos o nutricionistas) y locaciones inadecuadas.
Distribuidos en todas las localidades de Bogotá existen 441 centros dedicados al cuidado y la atención de ancianos. La mayoría están en Suba, Barrios Unidos, Engativá, Usaquén, Kennedy, Teusaquillo y Mártires.
"Las normas actuales se limitan a reglamentar la parte higiénico-sanitaria y la infraestructura física de estos centros y dejan de lado la parte social y la dignidad humana. Permanentemente se registran falencias en materia de personal calificado, alimentación, entrega de medicamentos, seguridad, hacinamiento", explicó el concejal Carlos Baena, uno de los autores de la iniciativa.
En el transcurso del 2007, la Personería Distrital denunció dos casos de abuso y maltrato contra ancianos en hogares geriátricos.
En consecuencia, en el barrio Danubio Azul de Usme se selló un hogar en el que 10 personas de la tercera edad estaban en condiciones infrahumanas. "Los adultos mayores denunciaron que eran obligados a trabajar, pedir limosna y a rebuscarse el alimento en las casas vecinas. Se quejaron de malos tratos y amenazas si se atrevían a contar lo que sucedía de puertas hacia adentro", explicó la Personería.
El otro caso se registró en Barrios Unidos, donde 30 ancianos habitaban en condiciones de desaseo. La Personería encontró deficiencias en el almacenamiento y la preparación de los alimentos y el suministro de medicamentos vencidos.
De acuerdo con la reglamentación en curso, los hogares geriátricos y gerontológicos tendrán plazo de seis meses, a partir de la entrada en vigencia del acuerdo, para inscribirse en el respectivo registro y cumplir con las nuevas exigencias.
Según Baena, los hogares deben promover además la vinculación y la participación del grupo familiar y de la sociedad en el cuidado, desarrollo integral y garantía de los derechos de esta población.
Actualmente, el Distrito tiene a cargo 13 albergues para adultos mayores en los que son atendidas 1.385 personas.