México, D.F., a 11 de noviembre de 2008
Boletín de prensa 233/2008
Lejos de ser una satisfacción arribar a la plenitud de su vida, para muchas personas cumplir 60 años o más significa enfrentar restricciones y carencias, abandono y/o violencia, de una sociedad cada vez más individualizada e indiferente, alertó el Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza Longoria.
Ante tal escenario, exhortó a crear las condiciones para garantizar una vejez digna y segura, además de afrontar las insuficiencias actuales: “La tarea no será sencilla, primordialmente por la precaria cultura de información de que adolecen las instancias gubernamentales y las delegaciones administrativas de la ciudad”.
En el marco de la presentación del Informe Especial sobre la Situación de los derechos humanos de las Personas Adultas Mayores en las Instituciones del Distrito Federal 2007, el Ombudsman capitalino se refirió a la ausencia de autoridades o representantes del Gobierno del Distrito Federal (GDF) en la misma.
“Lamento la inasistencia, pero refleja la ausencia del Estado en la atención integral del tema. Creo, y estoy consciente, que el Gobierno capitalino ha hecho un esfuerzo y que destina recursos importantes en las pensiones alimenticias, pero eso no es suficiente ni eficiente, se requiere una política pública integral”, señaló.
El sentido del Informe, explicó Álvarez Icaza Longoria, es de carácter prospectivo: valorar la situación presente para poder delinear las acciones que como sociedad tendremos que instrumentar en el futuro.
Las personas adultas mayores tienen pocas posibilidades y alternativas para resolver sus necesidades y problemáticas que, las más de las veces se desprenden de su situación de vulnerabilidad y de poder acceder al efectivo respeto, goce y ejercicio de sus derechos, lamentó.
Parte del problema, dijo, es la discriminación hacia las personas adultas mayores, bajo el estereotipo de la enfermedad, improductividad, ineficiencia, pérdida de algunas capacidades intelectuales y físicas, reinfantilización, en suma: por la decadencia.
“Tenemos una deuda pendiente con las y los adultos mayores, a quienes les debemos el legado de lo que somos y, por ello, debemos coadyuvar a su futuro digno, que muy pronto será el nuestro”, advirtió y agregó que las decisiones y medidas que se tomen y adopten hoy, edificarán las instituciones para enfrentar la propia vejez.
Por su parte, la Consejera de la CDHDF, Elena Azaola Garrido, coincidió al criticar la ausencia de autoridades Gobierno capitalino en la presentación del Informe Especial, así como en el otorgamiento de despensas a las y los adultos mayores, pues lo que urge es el desarrollo de una política integral que atienda todas sus necesidades.
Destacó que el Informe Especial revela que 34% de los hombres y 48% de las mujeres adultas mayores que viven en la ciudad de México presentan síntomas depresivos; así como que 13% de los hombres y 18% de las mujeres de este sector poblacional reportaron maltrato físico y psicológico.
Azaola Garrido invitó al Gobierno de la ciudad a asumir todas las recomendaciones del Informe. “No podemos ser la segunda ciudad en tamaño en el mundo y funcionar como una metrópoli que ignora las necesidades de los sectores más vulnerables como son los adultos mayores”, concluyó.
En su oportunidad, el Presidente de la Red Nacional de Organismos de Adultos Mayores, Jubilados y Pensionados, AC, Juan José Perdomo Salgado, denunció que los Centros de Asistencia e Integración Social (CAIS), inmuebles administrados por el Gobierno local y refugio de personas adultas mayores, son suficientes y dejan mucho que desear.
“En los CAIS el trato no es digno ni respetuoso; la falta de higiene es notoria; la comida proporcionada no es de la calidad requerida ni adecuada e insuficiente, al igual que el agua; se carece de mobiliario necesario y se cuenta con servicios médicos deficientes y la falta de medicamentos”, afirmó.
Perdomo Saldado también criticó la falta de sensibilidad y capacitación del personal de los Centros, y que en algunos de ellos las y los adultos mayores convivan con enfermos mentales y con indigentes. “Aún falta mucho para que las personas albergadas tengan una vida digna y decorosa con respeto a sus derechos humanos”, finalizó.
El Informe Especial tuvo como objetivo conocer el estado que guardan los derechos de las personas adultas mayores en instituciones, es decir, aquellas que son beneficiarias de algún centro de asistencia social, ya sean públicas o privadas, por lo que, entre las propuestas generales que la CDHDF hace al GDF destacan:
1. A través de la Secretaría de Desarrollo Social, planear políticas públicas dirigidas a satisfacer gradualmente los requerimientos de atención asistencial de la población adulta mayor.
2. Elaborar el Registro del Sistema de Asistencia e Integración Social del Distrito Federal.
3. Realizar las gestiones necesarias para hacer posible la reglamentación de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores en el Distrito Federal, en aras de que ésta pueda ser exigible.
4. Realizar una campaña de difusión entre los sectores público, privado y social, sobre el reto a enfrentar.
5. Corregir y renovar los mecanismos de evaluación aplicados por los centros de asistencia del sector público para evaluar los programas y proyectos en beneficio de esta población.
6. El apoyo deberá estar dirigido prioritariamente a las instituciones que actualmente enfrentan fuertes carencias de recursos para operar, así como a las que brindan servicio a personas beneficiarias que no cuentan con recursos.
ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL
Parte del reconocimiento del envejecimiento de la población como un problema social y la ejecución de acciones a favor se halla en el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, que aprobó Asamblea General de las Naciones Unidas en 1982.
El esfuerzo de la comunidad internacional buscó impulsar actitudes y comportamientos tendientes a formar una sociedad para todas las edades y de solidaridad intergeneracional, toda vez que el envejecimiento mundial crece más rápido que cualquier otro grupo de población. De 600 millones en el año 2000 pasará a casi 2000 millones en el 2050.
En México, de 2.7 millones de personas adultas mayores que había en 1970, pasamos a 6.9 millones para el año 2000, que significa un incremento de 5.6% a 7.1%, que para 2020 se incrementará hasta 12.5% y que llegará a 28% en el 2050, con más de 36 millones de personas adultas mayores.
Hoy en día, en el país habitan más de 9 millones de personas de 60 años o más, de quienes 3.3 millones (36.5%) realizan alguna actividad económica; más de 45% no cuenta con transferencias que les brinden seguridad económica; 63% desempeña una ocupación informal, por lo que no tienen las prestaciones de ley, además de que sus percepciones no les permiten cubrir sus necesidades básicas.
De acuerdo con la Encuesta sobre maltrato a personas adultas mayores en el Distrito Federal 2006, realizada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 16.2% de las personas adultas mayores entrevistadas había experimentado al menos un incidente de maltrato.
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