Julio Pérez Díaz. Centro de Estudios Demográficos [2000].
Resumen: “Se va a sostener aquí que la transformación de la dinámica poblacional usualmente conocida como “transición demográfica” es un importante motor de cambio no sólo en la distribución de la población entre las diferentes edades, sino también en la de los roles tradicionalmente asignados a cada sexo. Se trata de cambios estrechamente relacionados. El creciente peso de las personas de edad madura y avanzada, y la generalización de la supervivencia hasta dichas edades, abre nuevas posibilidades de organización social y familiar, y nuevos “diseños” de ciclo vital individual. Disminuye la preponderancia que hasta ahora había tenido el sexo como eje en la distribución de roles, y crece la importancia de la edad como criterio diferenciador. En resumen, se sugiere que las edades jóvenes y adultas se orientan cada vez más hacia comportamientos hasta ahora considerados “masculinos”, mientras las edades maduras y avanzadas experimentan una preponderancia creciente de aquellos otros hasta ahora considerados “femeninos”. Es esa “feminización de la vejez” el fenómeno que se pretende demostrar a continuación, argumentando, además, las ventajas sociales que implica.”
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