Margaret Gullette, una prominente escritora sobre temas del envejecimiento, ha dado en el clavo con su crítica a nuestro pasatiempo nacional de preocuparnos por la pérdida de la memoria. "El mero olorcillo a la pérdida de la memoria puede tener consecuencias terribles. Esta epidemia de ansiedad alrededor de esa pérdida es tan fuerte que muchos adultos mayores buscan ayuda para el olvido del tipo de día a día, que una vez fue considerada normal". Parte de este temor está relacionado con la exageración alrededor de la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. De acuerdo con una encuesta de 2010, las personas de más de 55 años temen sufrir de Alzheimer más que de cualquier otra enfermedad. Gullette sugiere que hay ventajas económicas para aquellos que fomentan esos temores, y que la gente común debe intentar resistirlos.
Extrañamente, a pesar de la noción común de que es posible diagnosticar a alguien con Alzheimer, ningún test puede predecir si olvidar los nombres o palabras comunes es un signo de enfermedad degenerativa o no. Un olvido importante no es un signo de una deficiencia general. El daño principal se realiza cuando la gente cercana a alguien que olvida empieza a tratar a la persona de forma paternalista o a evitarla por completo. A pesar de los problemas cognitivos, que sufren con mayor frecuencia las personas de más edad, éstas pueden vivir felizmente con sus familias durante mucho tiempo.
La madre de Gullette, quien murió a los 96, era olvidadiza, pero encontró que el lado positivo de ello era que muchos de sus recuerdos rencorosos estaban entre esos olvidos. Fue capaz de cantar, recitar sus poemas favoritos e incluso crear otros nuevos. Lo importante es destacar la personalidad sobre la discapacidad; el lema "si la memoria olvida, intente la imaginación" está en el centro de una obra de teatro escrita a partir de los poemas de las personas con enfermedades degenerativas. Gullette cree que es hora de parar con el alarmismo acerca del olvido y reafirmar nuestro pacto colectivo con personas de cualquier edad, independientemente de sus deficiencias. Todos necesitan aguardar la vejez con esperanza y no con desesperación.
De: Our Irrational Fear of Forgetting (Nuestro temor irracional a olvidar), por Margaret Morganroth Gullette, New York Times, 22 de mayo de 2011, Sunday Opinion (La opinión dominical), 9. De la misma autora: Agewise: Fighting the New Ageism in America (La edad es sabia: la lucha contra la nueva discriminación en América), 2011, University of Chicago Press (Prensa de la Universidad de Chicago). En este libro, se examinó el tema de la discriminación por la edad y sus efectos corrosivos en la vida social y las decisiones políticas, así como el bienestar individual. Los vendedores aprovechan este sesgo para obtener ganancias a costa del público en general y, sobre todo de las personas mayores. Gullette alienta a la resistencia, a través de la educación, las redes de la seguridad social y otras posibilidades.
BOLETIN DEL ENVEJECIMIENTO POSITIVO Nº 55.
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