(Abstract). Partiendo de admitir la relatividad, complejidad y polisemia de los conceptos calidad de vida, reconocimiento y vejez, se alude a los mismos y a sus relaciones, teniendo en cuenta, como marco de referencia, el reto de construir sociedades incluyentes: para mujeres y hombres de todas las edades y condiciones. Con base en ello se considera la calidad de vida durante la totalidad del transcurso vital y específicamente en la vejez (cuando más se ha vivido), como resultado de la interacción de variables biológicas, históricas, culturales y sociales, a la vez que se destacan en ella aspectos subjetivos y objetivos, individuales y colectivos, sincrónicos y diacrónicos. En concordancia con ello, el derecho al reconocimiento implica considerar la dignidad y el valor de las personas como capaces de pronunciarse, decidir y participar en la sociedad –como aportantes y beneficiarias del desarrollo y en igualdad de condiciones-. Se concluye, aludiendo a la necesidad de tener en cuenta y asumir la heterogeneidad que implican el envejecimiento y particularmente la vejez, así como a la urgencia de superar estereotipos, prejuicios y discriminaciones.
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