¿ES LA GERONTOLOGÍA UNA CIENCIA?(1)
Elisa Dulcey-Ruiz (2)
Bogotá, 15 de abril de 2005
Lo primero que habría que aclarar sería los conceptos mismos de gerontología y de ciencia, a la vez que tener en cuenta las condiciones para hacer ciencia, diferenciando entre lo que se consideraría ciencia, conocimiento científico e investigación científica.
A la vez valdría la pena diferenciar entre dos cuestionamientos:
1. ¿La gerontología es ciencia?
2. ¿Lo que hacen los gerontólogos es ciencia?
Habría que advertir que el título profesional, cualquiera que sea, no garantiza en modo alguno que el profesional sea un científico, ni que haga ciencia.
Y a propósito de las reflexiones del sociólogo uruguayo Ricardo Alberti, quien se refiere a la contrastación entre las condiciones para hacer ciencia postuladas por Mario Bunge(3) y el saber implicado en la gerontología(4) , vale la pena otra observación, y la hago retomando una cita del sociólogo español Ricardo Moragas (1991) (5):
La Gerontología no constituye una disciplina o profesión autónoma, sino simplemente un enfoque peculiar. Las diferentes preguntas o problemas que plantea el envejecimiento- entendido como un fenómeno humano, tal como la niñez o la edad adulta, en la sociedad contemporánea, pueden y deben ser resueltas por las disciplinas o profesiones implicadas en la gerontología (medicina, psicología, pedagogía, trabajo social, derecho…).
Sería entonces más preciso preguntar por el estatus científico de las disciplinas o profesiones que nutren el saber gerontológico, más que preguntarse por el estatus científico de la gerontología, como si fuese un ente independiente y autónomo(6) . Y entonces, podríamos concluir que la gerontología, en sus diferentes perspectivas (biológica, psicológica, social…), se alimenta de conocimientos científicos derivados de las diversas disciplinas que la constituyen.
En similar orden de ideas, afirma la psicóloga y profesora de Gerontología en México, Maximina Rodríguez(7) : Desde una perspectiva práctica y social observamos que la gerontología recoge un conocimiento científico amplio, diverso y con numerosas aplicaciones(8) .
Y el profesor canadiense Jacquest Laforest (1991) (9), en un libro que podría considerarse como una filosofía del envejecimiento, contribuye a responder la pregunta que generó este ensayo, señalando tres características de la gerontología, considerada como un momento de la reflexión secular de la humanidad sobre la ancianidad:
1) La gerontología es una reflexión existencial referente a lo humano y a la conciencia del individuo. 2) Es, al mismo tiempo, una reflexión colectiva relacionada con la demografía, porque no sólo envejece el individuo, sino que envejece la población como un todo. 3) Es esencialmente multidisciplinar. No es una, sino varias ciencias. La ancianidad es un campo de estudio vasto y complejo que atrae un número de disciplinas científicas, cada una de las cuales posee su objetivo formal y su método propio (p. 12).
Frente a los múltiples retos que presenta el mundo actual la pregunta inicial merecería complementarse con esta otra ¿están contribuyendo las diferentes disciplinas y profesiones a lograr no sólo prolongar la vida (longevidad), sino a que esa vida que se prolonga se viva con calidad y satisfacción, por parte de las distintas personas y sociedades?
Con el título Proyección de la gerontología, la autora de este ensayo presentó una ponencia en un Congreso sobre Formación Gerontológica, realizado en la Universidad San Buenaventura de Bogotá, al comenzar el siglo XXI, el cual complementa lo aquí postulado.
Dos consideraciones finales para cerrar esta reflexión-compilación con dos anhelos acerca del envejecimiento, la vejez y la vida, no sólo de las generaciones presentes, sino de las generaciones del futuro:
I. Es muy posible que un día las propias personas de edad con la fuerza dimanante del aumento de su número e influencia, obliguen a la sociedad a adoptar un concepto de la vejez positivo, activo y orientado hacia el desarrollo. La conciencia colectiva de ser anciano, como concepto socialmente unificador, puede convertirse así, en un factor positivo.
Plan de Acción Internacional de Viena sobre el envejecimiento, 1982,
Numeral 32 de Recomendaciones para la acción.
II. El estudio del envejecimiento tal como está definido actualmente será cada vez menos viable a medida que la edad sea un criterio menos aplicable. La palabra "gerontología" será sustituida por algo como "el estudio de las vidas", basadas en el concepto de ciclo vital como un todo y los procesos de cambio desde la infancia hasta la vejez. A medida que este concepto se afiance, mejorará nuestra comprensión del desarrollo infantil y de la vejez, y será útil para aquellos que utilicen la perspectiva del curso vital en la enseñanza, en el diseño de políticas y en el diseño de servicios.
Bernice L. Neugarten (1996/1999). Los significados de la edad. Barcelona: Herder,
p. 379, capítulo 21: ¿El final de la gerontología?
NOTAS:
(1). Reflexiones de Elisa Dulcey-Ruiz, generadas por la pregunta con la cual se titula este ensayo, la cual fue formulada a la Red Latinoamericana de Gerontología por la colombiana Blanca Ayala < http://www.gerontologia.org/portal/respuesta.php?idtema=8> (Abril de 2005).
(2). Elisa Dulcey-Ruiz – Apartado 52366 Bogotá, Colombia – cepsiger@gmail.com
(3). Ver documento adjunto: Conceptos de ciencia y reflexiones sobre el quehacer científico. Compilación de Elisa Dulcey-Ruiz, Abril 15 de 2005.
(4). En un artículo, cuyo nombre se prestaría a debate ("Gerontología: la ciencia de la vejez"), señala la psicóloga (¿mexicana?) Maximina Rodríguez que la gerontología tiene un doble objetivo: 1) Desde un punto de vista cuantitativo, la prolongación de la vida (dar más años a la vida, retardar la muerte); 2) desde un punto de vista cualitativo, la mejora de la calidad de vida de las personas mayores (dar más vida a los años). En línea: http://www.psicologia-online.com/formacion/cursos/demencias/index.shtml (15.04.2005).
(5). Moragas, R. (1991). Gerontología social. Envejecimiento y calidad de vida. Barcelona: Herder.
(6). Y esta es justamente una razón fundamental para cuestionar la existencia de estudios de pregrado en gerontología, cuando por su misma definición la gerontología sería necesariamente un saber especializado, teniendo en cuenta posibles diversos énfasis (o áreas de especialización), puesto que resultaría imposible, sobre todo en un breve lapso de estudio, abarcar en profundidad y con claridad suficiente, todos los énfasis: biológico, médico, psicológico, social, económico, legal…
(7). Op. Cit.
(8). El subrayado es de la autora de este ensayo.
(9). Laforest, J. (1991). Introducción a la Gerontología. Barcelona: Herder. Pp. 11-12.