Contar con un buen muro o superficie amplia, pinturas, brochas, pinceles y otra serie de elementos y disposición para hacer un graffiti, puede darse con facilidad, gracias a la osadía de los jóvenes y la popularidad que han tomado por su incorporación a la cultura callejera.
Lo que no se esperaba, era que jóvenes con personas mayores, se unieran para realizar ilustraciones, mensajes y otras formas de intervenciones mediante la pintura y el aerosol en grandes superficies de espacios urbanos; como paredes, portones y muros, entre otros.
Y todo se dio, gracias al proyecto ‘Años a la lata’, que adelanta la Secretaría Distrital de Integración Social y que busca articular instancias de participación cuya vocación principal sea el contacto con personas mayores y aquellas cuyo público objetivo este constituido por personas jóvenes, en especial los artistas del grafiti.
La intención es realizar acciones conjuntas de movilización que permitan la visualización de las instancias de participación involucradas y de su accionar en las localidades, en la apropiación y uso adecuado de espacios públicos o privados
‘Años a la lata’ retoma una propuesta de arte callejero, originaria de Portugal, que en su desarrollo busca conectar a diferentes generaciones a través del arte del grafiti y hacer un reconocimiento de vida a los adultos mayores.
Desde el IDPAC (Instituto para la Participación Comunitaria) y la Secretaría de Integración Social a través de la Subsecretarias para la Gestión Territorial SUBGIL, Juventud y Vejez se comenzó a proyectar e implementar la iniciativa en varios sectores de Bogotá, buscando la resignificación de espacios, el reconocimiento e importancia del grafiti como arte, pero sobre todo en la construcción y fortalecimiento de tejido social intergeneracional.
Para Sandra Galeano, subdirectora de la SUBGIL, en el 2019 el resultado ha sido exitoso gracias a la participación ciudadana y el apoyo de las entidades involucradas, que han permitido el poder transmitir conocimientos, el fortalecer la gestión de paz y lograr un gran proceso de la comunidad en el marco de la participación ciudadana.
Para el 2020, se buscará, dijo la servidora, definir espacios de participación de cada una de las localidades que están integradas por personas mayores y que puedan ser posibles actores permanentes del proyecto, así como buscar alianzas público-privadas que cuenten con espacios de participación o escenarios donde se pueda desarrollar la actividad ‘Años a la lata’(IDARTES, IDIPRON, Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte, Universidades, Espacios de participación donde asistan Grafiteros) y que permita definir la estrategia de capacitación en técnica de grafiti a las personas mayores.
El proyecto pretende continuar involucrando instancias y espacios de participación, como el Consejo de Sabias y Sabios, comités operativos de envejecimiento y vejez, comités operativos de Juventud y mesas locales de grafiti; a partir del trabajo con los actores comprometidos en el territorio. El propósito es involucrar la mayor cantidad de personas en la actividad, para que se convierta en un espacio de disfrute y sana convivencia.
Para Cristian Vega y Sebastián Piñeros, dos jóvenes artistas, la experiencia con las personas mayores es muy gratificante y solo tienen gratitud por haberles abierto sus espacios. Para Cristian “Compartir con las personas mayores sus experiencias y enseñanzas es muy gratificante. Me llevo mucho de ellos y ellos de nosotros, pues desconocen lo que es hoy la juventud y ya tienen una idea. Ha sido muy grato para nosotros y esperamos que lo sea para ellos también. A la Secretaría y a todo el equipo gracias”.
“Este es un gran sueño que tengo desde pequeño. Siempre había querido pintar en las calles y nuestra carrera artística comienza a fluir y estos primeros pasos han sido muy gratificantes. Solo tenemos gratitud para cada uno de ustedes, por abrirnos sus espacios, para nosotros es demasiado y nuestra aspiración es que estos proyectos se sigan haciendo, lo que se necesitan son ganas, pues detrás de esto hay un arte, un esfuerzo, esperamos nos sigan apoyando” dijo Sebastián.
Las personas mayores y los jóvenes participantes lograron durante el presente año y gracias al proyecto, la práctica responsable del grafiti, el buen uso del tiempo libre, una mayor percepción de seguridad, incremento de la autoestima al desarrollar trabajos en pro de la comunidad, construcción de tejido social alrededor del trabajo social mancomunado, ruptura de estigmas en contra de la juventud, específicamente de los artistas del grafiti y el reconocimiento de las comunidades en donde se adelantan las intervenciones entre otros.
Fuente: Secretaría Integración Social de Bogotá - 20/12/2019
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