Heidy González Cabrera Cimac | La Habana.
CimacNoticias 21.10.2005
Cuba tiene la población de más rápido envejecimiento de América Latina. Con una esperanza de vida al nacer de 75 años, un millón 500 mil personas (14,2) son mayores de 60 años. Realidad demográfica que exige loables esfuerzos para mantener ese indicador.
Enrique Vega, director del Programa Nacional de Atención a la Tercera Edad, consideró que este país tiene condiciones para hacer frente al rápido envejecimiento de su población, para ello cuenta con 156 geriatras, aún más que Canadá que tiene un total de 140.
Entrevistado, a pocos días de concluir el VIII Seminario Internacional de Atención al Adulto Mayor, paralelo al III Congreso Latinoamericano de las Sociedades de Gerontología y Geriatría, Vega señala que, además, Cuba cuenta con 500 equipos gerontológicos, y plantea crear un grupo multidisciplinario, informó la revista virtual Mujeres Cubanas.
Añadió que hay estrategias básicas en el programa. La primera, lograr que los cubanos envejezcan sanamente, o sea, que se produzca una longevidad saludable: llegar a los 60 años, y vivir como promedio 20 años más, pero con calidad, con satisfacción, siendo capaz de vencer sus expectativas y las exigencias que el medio impone.
Sin embargo, explica hace falta prepararse para la vida. No esperar a que lleguen los 60 años, ya que padecimientos como la osteoporosis en la mujer, se deben prevenir antes de que las mujeres lleguen a esa edad.
Lo anterior, indicó considerando que la etapa donde se define la densidad del hueso de una mujer es entre los 15 y los 30 años, en etapas previas a la maternidad, durante el proceso de gestación, en la lactancia materna... durante ese tiempo se define el calcio de la estructura ósea femenina.
El especialista sostuvo que en el aspecto social es necesario preparar a la familia para que nos acepte cuando seamos viejos. Y quienes no trabajan, y no se adscriben a la seguridad social para tener un basamento económico para la vejez, indudablemente enfrentarán más dificultades.
El director del Programa Nacional de Atención a la Tercera Edad, añadió que cuando por diferentes razones, enfermedades, problemas sociales o una familia que no responde, llegan a la vejez con estado de fragilidad, buscamos satisfacer las necesidades de esas personas.
"Utilizamos fórmulas que países desarrollados como México, Estados Unidos y Canadá, plantearon en el Congreso aún no son aplicadas, resueltas. Nosotros tenemos a nuestro favor una sociedad justa, bien organizada, donde las familias responden a la atención de sus ancianos. Pero, no estamos satisfechos, falta mucho para lograr las metas que nos hemos propuesto. Y para eso trabajamos", indicó.
VIVEN MÁS LAS MUJERES
Sostuvo que las mujeres viven entre seis o siete años más que los hombres, por razones biológicas. Hasta más de los 50 años, las personas del sexo femenino están protegidas por el estrógeno, que le evita la osteoporosis. Esa hormona femenina también frena la aterosclerosis. Cuando aparece la menopausia, se acortan las diferencias entre hombres y mujeres.
Sin embargo, añadió en el mundo moderno están presentes los hábitos tóxicos: fumar, beber, donde lamentablemente, las mujeres compiten con los hombres en ese terreno; aunado a ello hay un alto índice de accidentes caseros y están sometidas a otro tipo de tensiones que las enferman y discapacitan. Todo lo anterior, indicó, "puede ser que vivan más, pero no con la calidad que uno desea".
El médico manifestó que la longevidad saludable está relacionado directamente con el entorno social. "La discapacidad es una relación entre posibilidad y exigencia. Muchos países trabajan porque los escalones de acceso a los ómnibus, bajen al nivel de la calle, para que las personas mayores no tengan que subir tanto las piernas y evitar riesgos a la cadera".
Igual ocurre en la altura de las aceras. Los semáforos deben estar a la distancia de la vista, porque hiperextender el cuello, puede producir mareos por afectación de la cervical, señaló.
La I Asamblea Mundial del Envejecimiento, celebrada en 1982 en Viena, Austria, emitió recomendaciones para la atención de este segmento poblacional. En Abril del 2002 se realizó en Madrid, España, la segunda edición de ese cónclave.
Cuba está a la vanguardia en el cumplimiento de dichas recomendaciones, gracias al sistema nacional de salud, diseñado para evaluar de forma multidimensional los aspectos físicos, psíquicos, sociales y funcionales del terciario, dijo el entrevistado.
Vega señaló que la sociedad necesariamente tiene que transformarse. Si en el año 2025, una de cuatro personas es mayor de 60 años, es imprescindible adaptar, desde los programas televisivos, hasta las condiciones ambientales donde esa población envejecida convive.
"Sólo así lograremos que las exigencias del medio no conspiren contra las limitaciones propias de la tercera edad, y podamos mantenernos válidos e independientes, hasta el final", concluyó.