14º período de sesiones del Grupo de Trabajo de composición abierta sobre el Envejecimiento
Les compartimos el discurso del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en el 14º período de sesiones del Grupo de Trabajo de composición abierta sobre el Envejecimiento.
“Excelencias, distinguidos delegados y delegadas,
Este Grupo de Trabajo tiene el mandato esencial de proteger los derechos humanos de las personas de edad, las cuales realizan contribuciones significativas a todas nuestras sociedades.
Todos y todas envejecemos sin excepción.
Los y las jóvenes de hoy serán personas mayores un día no muy lejano.
Nuestras vidas han estado —y siguen estando— marcadas por una evolución excepcional de la longevidad humana.
Se calcula que en 2050 el número de personas de edad se habrá duplicado hasta alcanzar los 1,5 mil millones, lo cual representa una de cada seis personas en todo el mundo.
Y se trata en gran medida de un fenómeno mundial. En las próximas tres décadas, África Septentrional y Subsahariana, así como Asia Occidental, registrarán el crecimiento más rápido de la población mayor de 65 años.
Muchos más de nosotros y nosotras tenemos ahora la perspectiva de una vida más larga y saludable.
Sin embargo, estos avances no se experimentarán por igual.
En estos momentos, las desigualdades en todo el mundo están disparadas. La pobreza alcanza niveles que no se habían visto en décadas.
Y, lamentablemente, estas desigualdades afectan a todas las generaciones. No todos tenemos garantizadas unas vidas sanas, felices y dignas.
Las personas de edad —que representan un grupo demográfico sumamente diverso— se enfrentan a una serie de retos particulares en el disfrute de sus derechos humanos. Estos retos tienen que abordarse con urgencia.
Violencia, abandono y abusos.
Estereotipos, estigmatización y marginación generalizados.
Ideas arraigadas y generalizadas sobre su falta de capacidad o su fragilidad.
Estas actitudes discriminatorias llevan a la discriminación y la exclusión.
Concretamente, esto puede implicar la falta de acceso a la asistencia sanitaria, incluyendo cuidados y apoyo a largo plazo. Puede significar la exclusión del empleo o la educación.
Y los ciclos de desigualdad siguen girando, ya que muchas personas de edad se enfrentan a limitaciones impuestas a su capacidad para tomar decisiones sobre su propia vida o para vivir de forma independiente.
Si queremos comprender estas desigualdades y las diversas experiencias de envejecimiento de las personas de edad, necesitamos datos desglosados y de mejor calidad para adoptar políticas nacionales fundamentadas.
Necesitamos tomar medidas concretas con urgencia para superar la brecha digital, que en la actualidad está dejando atrás a muchas de estas personas, sin conectividad y sin acceso a servicios esenciales. Debemos aprovechar el potencial de las tecnologías digitales para fomentar los derechos de las personas de edad de la sociedad.
Y necesitamos economías de derechos humanos que valoren las contribuciones de las personas de edad, y que den prioridad a la inversión en protección social y en sistemas de cuidados y apoyo que les permitan vivir más tiempo, con más salud y dignidad.
En los últimos 14 años, este Grupo de Trabajo ha recabado abundantes pruebas sobre las deficiencias normativas y de protección en los marcos nacionales e internacionales actuales que menoscaban la dignidad de las personas de edad.
El análisis efectuado por mi Oficina, y el del Experto Independiente, lo dejan muy claro: para superar estas deficiencias y la fragmentación del marco internacional existente, necesitamos realizar un cambio fundamental.
Necesitamos un mayor compromiso global para desarrollar un instrumento jurídico internacional completo sobre los derechos de las personas de edad.
Ninguna sociedad puede ni debe ignorar la sabiduría, la creatividad y la experiencia que aportan estas personas.
Es preciso protegerlas más de los problemas singulares en materia de derechos humanos que afrontan.
Mientras Naciones Unidas se prepara para la Cumbre del Futuro, tenemos una oportunidad clave para lograr un compromiso unido y global de integrar los derechos humanos en las soluciones a estos problemas. Para tomar medidas audaces necesarias para avanzar.
Espero que sus deliberaciones de los próximos días pongan en marcha acciones concretas y con plazos definidos para avanzar hacia un mundo en el que las personas de edad sean respetadas, honoradas y puedan vivir con dignidad y potencial.
Mi Oficina sigue comprometida con esta aspiración.
Gracias.”
FUENTE: ohchr.org - 20/5/2024