El Economista
10/04/2006
María Gómez, investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, explicó que este fenómeno de migración de personas de la tercera edad de una entidad o de un municipio a otro, se debe a la falta de empleo y oportunidades para subsistir.
Notimex
La migración interna de personas mayores de 65 años ha aumentado de forma notable en las últimas décadas, lo cual puede acarrear problemas sociales si no se atiende, advirtió la experta en temas de población, María del Consuelo Gómez Escobar.
La investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM explicó que este fenómeno de migración de personas de la tercera edad de una entidad o de un municipio a otro, se debe a la falta de empleo y oportunidades para subsistir.
Precisó que de acuerdo con datos del censo de población en 2000, el total de ancianos que cambiaron de lugar de residencia en el mismo estado, es decir, migrantes intermunicipales, fue de 58 mil casos y de 88 mil de quienes lo hicieron entre entidades.
Sostuvo que ambos rubros suman el dos por ciento de los migrantes nacionales intermunicipales e interestatales, lo que si bien representa una cifra baja en comparación con los 400 mil jóvenes que cada año abandonan México, también plantea múltiples escenarios.
Apuntó que tan sólo los viajantes internacionales sexagenarios sumaron 10 mil personas, muchos de los cuales deben pagar renta o bien sus jubilaciones no les alcanzan para comer, atender problemas de salud y vestir.
Además, agregó, tienen problemas de discapacidad física o mental y en consecuencia han perdido su autonomía, disminuido su adaptabilidad a las personas, familiares y a su entorno, o son dependientes sociales y económicos.
Dijo que ha quedado atrás la idea de que el estado de México y el Distrito Federal eran los principales receptores de migración del interior de la República.
Explicó que en los últimos años han ocupado los primeros lugares en expulsión de emigrantes ancianos hacia otros estados, con nueve mil y 18 mil sujetos respectivamente.
Añadió que estas entidades también registran una fuerte movilidad entre municipios y delegaciones, como la Ciudad de México con un flujo interno de alrededor de 12 mil personas; el estado de México con 7 mil 500, y Jalisco con 6 mil.
Gómez Escobar destacó que otras entidades que registran el mismo fenómeno son Veracruz, Morelos, Nuevo León y Baja California.
Refirió que los migrantes consideran que ahí encontrarán mayores facilidades para subsistir, porque mucha de esa gente desea laborar, ya sea en una oficina o emprender algún pequeño negocio.
“También como vendedores ambulantes o en servicios como la jardinería, además de que muchos tienen familiares en los lugares a donde van”, externó.
Manifestó que los problemas que generan pueden ser tanto financieros como sociales, porque “si los jóvenes no pueden conseguir una fuente de trabajo estable, las personas mayores de 65 años con menor razón van a encontrarla”.
Además, por lo general en donde viven no hay asilos y eso los obliga a crear zonas de marginación, “y donde hay casas hogar para ancianos prefieren no ir o se escapan de ellos, detalló.