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por: Regina Obreque M , 05 de Noviembre de 2008 - 13:33:54
Los tiempos cambian y con ello las representacione
Los tiempos cambian y con ello las representaciones sociales de las personas instaladas como cristales en la mentalidad humana.
De hace unas semanas en Santiago de Chile, nos impactaba el anuncio y puesta en marcha de la película “El Regalo”, de los directores Cristian Galaz y Andrea Ugalde, que se estrena con un tremendo elenco: Nelson Villagra, Gloria Münchmeyer, Héctor Noguera, Julio Jung, Jaime Vadell y Delfina Guzmán. Trayéndonos a luz la reflexión: de qué se trata esto de envejecer. Comenzando así, a plantearse, más bien, los componentes subjetivos de la lectura de una realidad, que hasta la fecha- en el estereotipo dominante- no era más que una serie de “abuelitos” que se divierten en paseos.
Para que dichos cambios de representaciones sociales se produzcan la sociedad debe superar la negación de sí misma como colectividad, que descrito por Castoriadis, es un fenómeno donde “la sociedad presente no se acepta como sociedad, se sufre a si misma. Y si no se acepta, es porque no puede mantener o forjarse una representación de si misma que pueda afirmar, y valorizar, ni puede generar un proyecto de transformación social al que pueda adherirse y por el cual quiera luchar”(Castoriadis citado por Lechner:2002:13).
Latinoamérica presenta hoy síntomas de dichos cambios en sus formas y en algunas ocasiones hasta en las profundidades de estos. La diversidad en el ámbito cultural comienza a tener nuevos rasgos, esto no sólo favorece a las personas mayores sino que a su vez, a todos los grupos minoritarios que nos dan cuenta del amplio mundo que recorre la subjetividad de la cultura que compone la historia de los pueblos. Una presidenta mujer en un país tan conservador como Chile, un presidente indígena en una nación envuelta en historias de discriminación como Bolivia y ahora sorprendernos, con un presidente de color en el gran imperio hegemónico de la vida cultural de la cultura occidental del último siglo, como lo ha sido Estado Unidos.
Esta cristalización de las representaciones sociales se remueve gracias a los aportes que logra el reconocimiento de los “otros” y de su existencia.
Regina Obreque M. |